lunes, 27 de diciembre de 2010

Ciudad del Vaticano/ Benedicto XVI recordó la fiesta de la Sagrada Familia

Benedicto XVI dijo que “el nacimiento de un niño lleva algo de misterio”, y que “lo saben bien los padres”.
El Pontífice destacó el valor de la familia
El Papa exhortó a no desanimarse ante las dificultades y recordó que los niños necesitan el amor de “un padre y una madre
Benedicto XVI exhortó ayer a las familias a “no desanimarse” ante las pruebas y las dificultades con las que se enfrentan y a dedicarse con confianza al servicio de la vida y de la educación, y dijo también que los niños necesitan del amor “de un padre y una madre”.
Ante varios miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro para el rezo del ángelus, el Papa recordó que la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia el primer domingo, tras la Navidad, y que la familia de Nazaret sigue siendo “un modelo de vida” para la familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
“La Sagrada Familia es un modelo de vida para todas las familias, ya que Jesús ha querido nacer en una y de esa manera la ha bendecido y consagrado. Pidamos por todas las familias para que no se desanimen ante las pruebas y las dificultades con las que se enfrentan”, afirmó el Obispo de Roma.
También las exhortó a cultivar siempre el amor conyugal y a dedicarse con confianza al servicio de la vida y de la educación. Benedicto XVI dijo, asimismo, que el nacimiento de un niño lleva algo de misterio y que lo saben bien los padres, que muchas veces cuando nace un hijo dicen “este niño es un don, un milagro”. Ello significa, aseguró, que el ser humano vive la procreación “no como un simple acto reproductivo, sino que intuyen que toda criatura humana es la señal por excelencia del Creador y Padre que está en los cielos”. “Por ello, es muy importante que todos los niños que vienen al mundo sean acogidos en el calor de una familia. No importan las comodidades exteriores. Jesús nació en un establo y como cuna tuvo un pesebre, pero el amor de María y de José le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado”, subrayó el Pontífice.
Benedicto XVI destacó que un niño necesita del amor “de un padre y una madre”, que es lo que le da seguridad y le permite descubrir el sentido de la vida.
Tras el Ángelus, y hablando en español, saludó a los fieles de España y Latinoamérica presentes en la plaza vaticana.

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