sábado, 27 de marzo de 2010

AL ENCUENTRO CON JESÚS


 Elena, todos los días, se dirigía a la capilla del pueblo para rezar el Rosario de las siete de la tarde. Era muy puntual y nunca faltaba.
Te digo más: cuando se atrasaba porque las cosas de la casa o la cena la ocupaban más de lo acostumbrado, iba corriendo por la calle para llegar a tiempo.
Tan rápido hacía las cosas para cumplir con el horario de su oración que, muchas veces, trataba mal a la gente en la fila del mercado o caminaba atropellando a los demás. Si algún mendigo le pedía una moneda en la puerta de la capilla, ni lo miraba; estaba tan apurada que entraba veloz como un rayo.
Un día, “le pasaron todas”. Se peleó con el almacenero, porque tardó mucho en hacer la cuenta de las cosas que había comprado; atropelló a una señora que tenía la bolsa llena de papas y caminaba lentamente, y, por último, le dio vuelta la cara a unos chicos que se le acercaron para pedirle unos pesos para comprar leche.
En su propia casa, las cosas no anduvieron mejor. Uno de sus hijos le pidió ayuda para hacer una tarea; como se imaginan, le dijo que se la arreglara solo. El marido, que había llegado muy cansado de trabajar, tuvo la ocurrencia de conversar un rato con ella, mientras tomaban unos mates; lo dejó plantado con la pava de agua caliente en el patio.
A pesar de todos esos “obstáculos”, salió de su casa, llegó a la capilla casi, casi a tiempo... y se encontró con que estaba cerrada.
¡Cómo puede ser! Le dio una rabia.
Se metió por un pasillo lateral que bordeaba la casa parroquial, pero, nada. Todo estaba cerrado. Volvió a ir por la entrada principal y, precisamente allí, vio que en la puerta del templo había un cartelito, clavado con una chinche, que decía:
- “También estoy entre tus hermanos. Jesús”.

domigo de ramos....

En la Semana Santa se celebran los misterios de salvación realizados por Cristo en los últimos días desde su entrada mesiánica en la ciudad de Jerusalén.
La semana santa comienza con el domingo de Ramos de la Pasión Señor, que une el triunfo de Cristo -aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy en el rito de la procesión de las palmas por los cristianos- y el anuncio de la pasión, con la proclamación de la narración evangélica en la Misa.
Los ramos no son algo así como un talismán o un simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.
Los días que van hasta el Jueves Santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor, con exclusión de otras celebraciones.
En la mañana del Jueves Santo (o en otro día cercano), el obispo celebra, junto con su presbiterio, la Misa Crismal o de los Santos Oleos, en la que se bendicen los óleos que se usarán para la celebración de los sacramentos.
La celebración del Domingo de Ramos [editar]A lo largo de los distintos países de tradición católica, y al margen de las celebraciones litúrgicas, diversas manifestaciones populares conmemoran la entrada en Jerusalén y, en muchos casos, dan comienzo a las procesiones de Semana Santa. Es uno de los bellos comienzos de la llamada Semana Mayor, se recuerda el inicio de una vida que entro por una puerta de cristianidad del pueblo de Dios, recordando que Dios hecho hombre venia a la salvacion del hombre.

viernes, 26 de marzo de 2010

COMO HACER LA ORACIÓN PERSONAL :Padre James Manjackal

Selecciona el momento mejor para tu oración personal e inclúyelo en tu horario. Deja que sea el mejor momento, cuando la somnolencia, el cansancio o las llamadas del exterior no te perturben. Para la mayoría de la gente temprano por la mañana es el mejor momento. Intenta cada día, orar a una hora fija para que se pueda convertir en un hábito en ti. ¡Qué maravilloso es poderse encontrar con el Señor a la misma hora cada día!.
La oración personal no es recitar oraciones de libros piadosos, no es recitar el rosario, o leer la Biblia, no es el momento de rezar por otros, no es rezar ante una imagen o una estatua. Sois tú y tu Dios solos; es cerrar la puerta de tus ojos y oídos y entrar en el santuario de tu corazón en donde te encuentras con el Padre y el Hijo a través del Espíritu Santo.
Es bueno alabar y agradecer a Dios durante algún tiempo al empezar la oración personal. ¡Donde hay alabanza allí está Dios! Entra en Su presencia con alabanza y agradecimiento. Haz mucha alabanza y agradecimiento durante tu oración. Las alabanzas te mantendrán alejado de distracciones y vínculos que provienen del maligno.
Una vez que estés en Su presencia entrégate a ti mismo a El con pequeñas canciones como "Padre yo te adoro, coloco mi vida ante Ti (Hijo y Espíritu)”. Cualquiera que está en la presencia del Señor, sentirá su indignidad y su falta de santidad para estar ante Su Santa y Todopoderosa Presencia. Por lo tanto, se debe pasar un poco de tiempo pidiéndole a Dios perdón y misericordia por los pecados cometidos.
Tienes que experimentar el compasivo y misericordioso Corazón de Jesús desde donde el Agua Viva fluye a tu corazón lavándote, purificándote y dándote un corazón nuevo (Ez 36:26). Después de recibir Su perdón y después de haberte reconciliado con Dios y habiendo perdonado todo, tienes que otra vez dar gracias y alabar a Dios por Su bondad contigo. Perdona a cada uno y reconcíliate con todos en tu corazón (Mc. 11:25)
Dedica un tiempo pidiéndole al Señor que te cure de tus heridas del corazón, las pasadas y las presentes. Llévale al Señor todos los recuerdos que te hieren y cúrate a través de las heridas de Cristo. Por sus heridas hemos sido curados (I Ped 2:24). Presenta tus sentimientos heridos, tus sentimientos de rechazo, desamor, temor, ansiedad, complejo de la inferioridad, etc. delante de las heridas del Señor y reclama tu curación del corazón. Preséntale las cicatrices de tus pecados pasados, culpa, tristeza, etc. y obtén una profunda paz y alegría en tu interior. En este momento precioso de gracia libérate de todos los malos hábitos y deseos de la carne para que durante el día no seas conquistado por el pecado. Oirás a Jesús decir en tu corazón, "Te basta Mi gracia" (II Cor 12:9). Durante este tiempo puedes pedir también tus propias curaciones físicas si ése fuese el caso.
Después de haber obtenido una vida nueva en Jesús a través del arrepentimiento y la curación interior entrega todo tu ser al Señor, tu corazón, tu mente, y cada parte de tu cuerpo, tus planes, tus deseos, tu trabajo, tu dinero, tus programas, tu viaje, tus relaciones, etc. (Rom 6: 12-19). Puedes cantar en tu corazón una buena canción de entrega como por ejemplo "Todo a Jesús le entrego”. Junto con la entrega de todo tu ser debes pedirle al Espíritu Santo que te llene con poder y gracia. Puedes cantar una pequeña canción al Espíritu Santo. Abre tu corazón al Espíritu y recibe el Espíritu con todos los frutos, dones y carismas (Gal 5: 22-23; Is 11: 2; I Cor 12: 4-10).
Este debe ser el momento más hermoso de tu oración personal. Aquí tendrás varias experiencias de Dios, como el Agua Viva fluyendo a través de ti con amor, paz y alegría. También puedes experimentar la presencia del Señor en ti con manifestaciones espirituales y emocionales. Puedes, aquí, tener visiones; quizá puedas oír al Señor que te habla, dándote guía y dirección. Si le has presentado un problema, tendrás definitivamente una respuesta. Mediante esta percepción, revelaciones, palabras del Espíritu dentro de ti, oirás al Espíritu que te dice "haz esto, no hagas eso, vete por aquí, no vayas por ahí, etc. Durante esta parte que es la más importante de tu oración personal, entras en una amistad personal con El. Aquí puedes contarle lo que quieras como un hermano o un amigo (Jn 15: 15).
Establece intimidad con el Señor en tu corazón. Durante este tiempo puedes tomar decisiones con el Señor para ese día, para que todo lo que hagas sea según Su voluntad y plan. Si el Señor te dice que no hagas ciertas cosas como alterar tus planes, séle obediente. Llénate con tanta gracia como te sea posible para que puedas caminar en Su gracia y amor. Dale muchas gracias y alabanza en Su Presencia dulce y amorosa. Si pasas bien el tiempo con el Señor, no sabrás cómo se te ha ido el tiempo tan rápido con el Señor. Cuándo finalices la oración puedes hacer el signo de la Cruz en la parte importante de tu cuerpo y encomendarte a la Sangre de Cristo para tu protección y cuidado. Así con mucha gracia y amor de Dios harás los trabajos del día con mucha paz y la alegría. Si oras así verás muchas bendiciones del Señor diariamente en tu vida y verás que el Espíritu te guía.
Para bajate el documento en PDF a tu ordenador
Aprender a orar - Guía rápida

(Fray Nelson Medina O.P.)

1. Comienza por saber escuchar. El Cielo emite noche y día.

2. No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tú interpretes los planes de Dios.

3. Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración. Cristo dijo: “Pedid y recibiréis”

4. El pedir tiene su técnica. Hazlo atento, humilde, confiado, insistente y unido a Cristo.

5. ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de lo que interesa a los dos. Muchas veces. Y a solas.

6. No conviertas tu oración en un monólogo, harías a Dios autor de tus propios pensamientos.

7. Cuando ores no seas ni engreído, ni demasiado humilde. Con Dios no valen trucos. Sé cual eres.

8. ¿Y las distracciones involuntarias? Descuida. Dios, y el sol, broncean con solo ponerse delante.

9. Si alguna vez piensas que cuando hablas a Dios Él no te responde… lee la Biblia.

10. No hables más de “ratos de oración”; ten “vida de oración”.

jueves, 25 de marzo de 2010

"Que Grande Es Tu Amor Señor"

Que grande es tu amor Señor,
que puedes amar a aquel que te rechaza.
Más a tu dolor con tanta indiferencia,
¿Cómo te puedo yo consolar?
Que grande es tu amor Señor,
que puedes perdonar todas nuestras faltas.
Más aún la Cruz Clavada en tu Alma,
¿Cómo te puedo yo aliviar?
Que grande es tu amor Señor,
que siempre escuchas mis plegarias.
Más aún me llames y quizá no atienda,
¿Cómo puedo ser constante y atenta?
Que grande es tu amor Señor,
que me colmas de profunda alegría.
Más aún sueño tu rostro contemplar,
¿Cómo puedo yo el cielo alcanzar?

Jueves 25 - Anunciación del Señor.

Hoy celebramos el día en que Dios anuncia su gran mensaje a la humanidad: Él quiere venir a habitar entre nosotros. La encargada de recibir este gran mensaje es María, una jovencita de la pequeña aldea de Nazareth. María recibe esta palabra de salvación que se hace carne en ella, y es así la gran colaboradora en este plan de redención de toda la humanidad.

miércoles, 24 de marzo de 2010

martes, 23 de marzo de 2010

La importancia de la actitud

Para algunos, la actitud es una dificultad para todo; para otros, es una oportunidad en todas las dificultades.
¿Siente que el mundo le trata bien? Si su actitud hacia el mundo es excelente, recibirá resultados excelentes. Si se siente más o menos en relación con el mundo, la respuesta que recibirá del mundo será regular. Siéntase muy mal con el mundo, y le parecerá recibir solamente una reacción negativa de la vida.
Vivimos en un mundo de palabras. Adheridos a esas palabras están los significados que llevan respuestas variadas de nosotros. Palabras tales como felicidad, aceptación, paz y éxito, describen lo que cada uno de nosotros desea. Pero hay una palabra que, o aumentará la posibilidad de que nuestros deseos se cumplan o impedirán que ellos se conviertan en una realidad dentro de nosotros.
Durante una conferencia en Carolina del Sur, hice el siguiente experimento. Para revelar el significado de esta palabra, leí el párrafo anterior y pregunté: «¿Qué palabra describe lo que determinará nuestra felicidad, aceptación, paz y éxito?» La audiencia expresó términos tales como trabajo, educación, dinero, tiempo. Por fin alguien dijo: actitud. Tales importantes áreas de nuestras vidas son secundarias. Nuestra actitud es la fuerza principal que determinará si triunfamos o fracasamos.
Para algunos, la actitud es una dificultad para todo; para otros, es una oportunidad en todas las dificultades. Algunos ascienden con una actitud positiva, mientras otros caen con una perspectiva negativa. El mismo hecho que la actitud obra favorablemente en algunos, mientras desbarata a otros, es lo suficientemente significativo como para que exploremos su importancia. Estudiar las afirmaciones que tenemos a continuación nos aclarará esta verdad.
Nuestra actitud determina nuestro enfoque de la vida. La historia de dos baldes subraya esta verdad. Uno era optimista y el otro era pesimista.
«No hay una vida tan desilusionante como la mía», dijo el balde vacío mientras se aproximaba al pozo. «Siempre me alejo del pozo lleno pero regreso a él vacío». «Nunca ha habido una vida tan feliz como la mía», dijo el balde lleno cuando se alejaba del pozo. «Siempre vengo al pozo vacío, pero me voy de él lleno».
Nuestra actitud nos dice lo que esperamos de la vida. Si nuestra «nariz» apunta hacia arriba, estamos ascendiendo; si apunta hacia abajo podemos estrellarnos.
Una de mis historias favoritas es la de un abuelo y una abuela que visitaban a los nietos. Todas las tardes el abuelo se acostaba para echar una siesta. Un día, los muchachos le jugaron un broma: pusieron queso Limburger en su bigote. Pronto se despertó olfateando.
«Este cuarto huele mal» exclamó, levantándose y dirigiéndose a la cocina. Al poco tiempo notó que la cocina también olía mal, así que salió para respirar aire puro. Para su sorpresa, el aire libre tampoco olía bien y dijo: «¡El mundo entero huele mal!»
¡Cuánta verdad encierra esto en nuestras vidas! Cuando tenemos «queso Limburger» en nuestras actitudes, el mundo entero huele mal.
Una buena manera para probar nuestra actitud es respondiendo a la pregunta: «¿Siento que el mundo me trata bien?» Si su actitud hacia el mundo es excelente, usted recibirá resultados excelentes. Si su actitud hacia el mundo es regular, la respuesta del mundo será regular. Si se siente mal con el mundo, le parecerá que recibe una reacción negativa de la vida. Mire a su alrededor. Analice la conversación de la gente que vive infeliz y sin realización. Les oirá protestar contra una sociedad que, según ellos, solamente les da una vida de problemas, miseria y mala suerte.Muchas veces han construido la cárcel del descontento con sus propias manos.
Al mundo no le importa si nos libramos o no de la prisión. Él sigue su marcha. Adoptar una actitud buena y saludable hacia la vida no afecta tanto a la sociedad como nos afecta a nosotros. El cambio no viene de otros, viene de nosotros.
El apóstol Pablo tenía un terrible pasado que superar. Le dijo a Timoteo que era el primero de los pecadores. Pero luego de su conversión sintió un gran deseo de conocer a Cristo de una manera mayor. ¿Cómo cumplió este deseo? No esperando que alguien le ayudara, ni mirando hacia atrás y lamentándose por su terrible pasado. Pablo, diligentemente, prosiguió «asido por Cristo Jesús». La singularidad de su propósito le hizo declarar: «Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3.13, 14).
Somos individualmente responsables por la visión que tengamos de la vida. La Biblia dice: «Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gálatas 6.7). Nuestra actitud y nuestra acción hacia la vida determinan lo que nos sucede. Sería imposible calcular el número de empleos que hemos perdido, la cantidad de promociones no logradas, el número de ventas no realizadas y la cantidad de matrimonios arruinados por nuestras actitudes pobres. A diario somos testigos de empleos que aunque se conservan son odiados, y de matrimonios que aunque se toleran son infelices, todo eso porque las personas esperan en otros o en el mundo para cambiar, en vez de comprender que ellas son las únicas responsables por su conducta. Dios es suficiente para producir en ellas el deseo de cambiar, pero la decisión de actuar bajo ese deseo es suya.
Es imposible hacer todas las situaciones a la medida para que se ajusten a nuestras vidas perfectamente. Pero es posible hacer nuestras actitudes a la medida para que se ajusten a las situaciones perfectamente. El apóstol Pablo demostró hermosamente esta verdad cuando estaba prisionero en Roma. La verdad es que no había recibido un simple sacudón. El lugar
de su confinamiento era frío y obscuro. Sin embargo, escribe a la iglesia de Filipo diciéndoles radiante de gozo: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4.4, énfasis del autor).
Notemos que el confinado le dice a la gente libre de preocupaciones que se regocije. ¿Es que estaba perdiendo la razón? No. Encontramos el secreto más adelante en el mismo capítulo. Pablo dice: No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11-13

lunes, 15 de marzo de 2010

Benedicto XVI dice que el perdón es condición necesaria para mantener una relación filial con Dios

El Papa Benedicto XVI invitó ayer, durante el rezo dominical del Ángelus, a experimentar el perdón como condición necesaria para mantener una relación "filial" con Dios, un padre que "sufre si nos perdemos y celebra nuestro regreso".
"Sólo experimentando el perdón, reconociéndonos amados por un amor gratuito, más grande que nuestra miseria, e incluso que nuestras justicia, entramos finalmente en una relación verdaderamente filial y libre con Dios", afirmó el Santo Padre, ante los miles de fieles y peregrinos que este mediodía se congregaron en la Plaza de San Pedro.
Así, en este cuarto domingo de Cuaresma, el Pontífice reflexionó sobre la 'Parábola del hijo pródigo'. "Este texto evangélico tiene el poder de hablarnos de Dios, de hacernos conocer su rostro, mejor incluso, su corazón. Él es nuestro Padre que por amor nos ha creado libres y nos ha dotado de conciencia, que sufre si nos perdemos y que hace fiesta si regresamos", explicó.
En este sentido, Benedicto XVI señaló que las fases de la relación con Dios son "análogas" a las de los hijos con sus padres: "al inicio dependen de ellos, luego reivindican su propia autonomía; y al final, si hay un desarrollo positivo, llega a una relación madura, basada en el reconocimiento y en el amor auténtico".
No obstante, puntualizó que el hombre puede llegar a pensar en "poder prescindir de Dios" y caer en el ateísmo en aquella etapa en la que "quiere liberarse de esa sumisión y hacerse libre, adulto, capaz de regularse por sí mismo y hacer sus propias opciones de modo autónomo".
Sin embargo, a su juicio, esa etapa "esconde la exigencia de descubrir el verdadero rostro de Dios". "Para nuestra fortuna, Dios nunca deja su fidelidad, y aunque nos alejemos o nos perdamos, sigue con su amor, perdonando nuestros errores y hablando interiormente a nuestra conciencia para reclamarnos para sí", recordó el Santo Padre.
En la citada parábola, el Pontífice explicó que los dos hijos, que se comportan de manera opuesta, "representan modos inmaduros de relacionarse con Dios: la rebelión y una obediencia infantil", que superarán "a través de la experiencia de la misericordia y el perdón".

lunes, 8 de marzo de 2010

8 de marzo:Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Historia [editar]El motivo que llevó a la República Dominicana a solicitar este día fue por el macabro asesinato de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas, hecho que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como
todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.
En dicha Asamblea se reconoció que eran necesarios "una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer".[2]
El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La ONU invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a organizar actividades dirigidas a sensibilizar al público respecto del problema en este día como una celebración internacional.
El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (United Nations Development Fund for Women o Unifem, en inglés) también observa regularmente la jornada, y ofrece sugerencias para que otros las observen.
En octubre de 2006 se presentó el Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer, que demuestra que existen obligaciones concretas de los Estados para prevenir esta violencia, para tratar sus causas (la desigualdad histórica y la discriminación generalizada), así como para investigar, enjuiciar y castigar a los agresores.