lunes, 31 de enero de 2011

Benedico XVI: cristianos unidos por la paz y la justicia

domingo, 30 de enero de 2011

Evangelio de fin de semana

Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 30 Enero 2011. IV Domingo del Tiempo Ordinario A
Santo(s) del día : San Mutien- Marie Wiaux, San Lesmes o Adelelmo
Evangelio según San Mateo 5,1-12.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 71, para Todos los santos
«Dichosos los que lloran porque ellos serán consolados»
«Al ver Jesús al gentío subió a la montaña... y se puso a hablar enseñándoles». La montaña a la cual Jesús subió, era su propia felicidad y su esencia que consiste en que él es uno con el Padre. Y le siguió una gran multitud: ésa es la gran multitud de los santos cuya fiesta celebramos hoy; todos le han seguido, cada uno según la vocación a la que Dios le llamó. Es en esto que debemos imitarles, prestando cada uno mucha atención a la propia vocación para asegurase de cual es a la que Dios le llama, y poderla seguir...
Llegado a lo alto de la montaña, Jesús abrió la boca para proclamar las ocho bienaventuranzas... «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos». Se trata, en primer lugar, de esa virtud que es la pobreza espiritual porque ella es el principio y la base de toda perfección. Si hacemos la pregunta fijándonos en cada una de sus facetas, siempre se verá cuán necesario es que el hombre, en su ser profundo, sea despojado, desprendido, libre, pobre y alejado de toda propiedad si realmente Dios tiene que llevar a cabo su obra en él. Debe estar desembarazado de toda atadura propia; solamente entonces Dios podrá estar en él como en su propia casa...
«Bienaventurados los sufridos, porque ellos heredarán la tierra» por toda la eternidad. Aquí se da un paso hacia delante porque, si por la verdadera pobreza nos liberamos de lo que nos estorba, con la paciencia vamos penetrando más profundamente, expulsando del interior toda amargura, irritabilidad y cualquiera imprudencia... Para el pacífico nada es amargo. Que para los que son buenos, todo sea también bueno, viene de su fondo bueno y puro... El que es pacífico posee la tierra y se mantiene en esa paz venga lo que viniere. Pero si tú no actúas así, perderás esa virtud y, al mismo tiempo, tu paz, y se podrá decir de ti que eres un gruñón y compararte a un perro furioso.
«Dichosos los que lloran...» ¿Quiénes son esos que lloran? En un sentido son los que sufren; en otro sentido, son los que lloran sus pecados. Pero los nobles amigos de Dios, que bajo ese aspecto son los más dichosos de todos, han dejado de llorar sus pecados...; y sin embargo, no dejan de llorar: lloran los pecados y las faltas de su prójimo... Así es que, los verdaderos amigos de Dios lloran por la ceguedad y miseria de los pecados del mundo.

jueves, 27 de enero de 2011

OREMOS JUNTOS.

¡Oh Santísimo Corazón de Jesús!
fuente de todas las bendiciones,
yo te adoro, yo te amo,
y con sincero arrepentimiento
de todos mis pecados,
yo te ofrezco mi corazón.
Hazlo humilde, paciente,
puro, y totalmente
sumiso a tu voluntad.
Concédeme, misericordioso
Jesús, poder vivir para ti,
y por ti, protégeme en
todos los peligros,
confórtame en mis tribulaciones,
dame salud y ayuda en mis
necesidades temporales.
Dame tú bendición mientras vivo,
y el favor de morir en tu Gracia.
Amén.

miércoles, 26 de enero de 2011

domingo, 23 de enero de 2011

Evangelio de fin de semana

Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 23 Enero 2011. III Domingo del Tiempo Ordinario A. Santo(s) del día : San Ildefonso
Evangelio según San Mateo 4,12-23.
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz. A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca". Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquia, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el evangelio de Mateo, nº 14, 2
«Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres»
¡Qué admirable pesca la del Salvador! Admirad la fe y la obediencia de los discípulos. La pesca, como sabéis, requiere una constante atención. Ahora bien, cuando esos se encuentran justo en medio de su trabajo, oyen la llamada de Jesús y no dudan un solo momento; no dicen. «Déjanos regresar a casa para hablar con nuestros próximos». No, lo dejan todo inmediatamente y le siguen, tal como Eliseo hizo con Elías (1R 19,20). Es esta clase de obediencia la que nos pide Cristo, sin la más mínima duda, incluso en el caso que nos apremien necesidades aparentemente más urgentes. Por eso cuando un joven que le quería seguir le pidió si podía ir antes a enterrar a su padre, ni tan sólo esto se lo dejó hacer (Mt 8,21). Seguir a Jesús, obedecer su palabra, es un deber que está por encima de todos los demás.
¿Acaso me dirás que la promesa que les había hecho era muy grande? Por eso los admiro yo tanto: ¡cuando aún no habían visto ningún milagro, creyeron en una promesa tan grande y renunciaron a todo para seguirle! Es porque creyeron que, con las mismas palabras con las que habían sido cogidos durante la pesca, podrían ellos pescar a otros.

sábado, 22 de enero de 2011

EN EL INTERIOR

Martín acababa de recibirse de médico. Su padre ejercía la misma profesión y su sueño era que su hijo trabaje a su lado, aprendiendo de su experiencia. Su madre había preparado una gran fiesta en la que no faltaba nadie, amigos, familiares, vecinos... Todo estaba muy bien, pero Martín tenía otros planes. Él había encontrado su misión: ir al interior, a un pueblo olvidado donde no había asistencia médica.

Brindis, música, risas, halagos... Martín no sabía cómo dar la noticia. En un momento, su padre, orgulloso, le entregó la llave de su consultorio. Martín tomó coraje y les comunicó su decisión.

Sus padres no comprendieron y trataron de disuadirlo, pero Martín permaneció firme en su elección.

Pasó mucho tiempo, Martín en el interior tuvo que enfrentar muchas dificultades. En algún momento pensó que hubiese sido más simple trabajar con sus padres y tener un futuro asegurado, pero la realidad le mostraba que era allí donde lo necesitaban y eso lo hacía feliz.

Un día llegó la noticia de que Martín se encontraba muy enfermo. Sus padres conmovidos decidieron ir a verlo. Entre lágrimas y alegrías se encontraron y se abrazaron. Grande fue la sorpresa cuando vieron la obra de su hijo, con qué vocación de servicio atendía, cómo lo querían y lo apreciaban los lugareños. Vieron también las necesidades que pasaba, lo solo que muchas veces se encontraba, aún así, lo vieron feliz.

Ahora comprendieron. Su padre dejó su orgullo herido de lado y decidió acompañar y compartir el trabajo de su hijo a pesar de la distancia.

Todo cambió. Desde ese momento, cada uno, desde su lugar, enriqueció al otro intercambiando consultas y experiencias. Se sintieron felices al estrechar sus lazos.

1. Reconstruimos el relato.

2. ¿Cuáles son las expectativas que tenemos con respecto a los que nos rodean? ¿Nos gusta tomar decisiones por los demás?

3. ¿Nos ha tocado renunciar a algo muy importante por ver feliz al otro? ¿Nos cuesta aceptar al otro tal cual es?

4. ¿Nos sentimos imprescindibles y necesarios? ¿Reconocemos que tenemos necesidad de los demás?

5. ¿Hemos descubierto cuál es nuestra misión? ¿A qué tenemos que renunciar para cumplirla?

6. ¿Aceptamos la de los demás? ¿Ponemos algún obstáculo en la realización de la misión de los demás?

7. ¿Cómo lograron Martín y su padre fortalecer la unidad? ¿Y nosotros?



viernes, 21 de enero de 2011

jueves, 20 de enero de 2011

OREMOS JUNTOS.

ORACIÓN ANTES DE ESTUDIAR:

Creador inefable, que en los tesoros de tu sabiduría has creado las tres jerarquías de los ángeles y en un orden admirable los has colocado en el cielo empíreo. Tú, nombrado con todo derecho " fuente de luz y sabiduría" y  "príncipe supremo", dígnate iluminar las tiniebla de mi inteligencia con un rayo de tu claridad; disipa las biformes tiniebla en la cual soy nacido: la del pecado y la de la ignorancia. Tú que llenas de sabiduría la lengua de los infantes, mueve también la mía y derrama en mis labios la gracia de tus bendiciones.

Otórgame: concentración para comprender. Capacidad para retener. Método y facilidad para adquirir sagacidad para interpretar.  Y elegancia abundante para expresar lo adquirido dispone TÚ los comienzos, dirige el proceso y  corona el fin. Por Jesucristo nuestro señor, amen


lunes, 17 de enero de 2011

Tras anuncio de beatificación. Juan Pablo II es parte de nuestra vida y de la historia del mundo, dice Vicario de Roma

El Vicario General del Papa para la diócesis de Roma, Cardenal Agostino Vallini, señaló tras conocer la noticia de la beatificación del Papa Juan Pablo II, que su persona y su obra son parte de nuestra vida y de la historia de la Iglesia y el mundo.
En declaraciones recogidas por la agencia italiana SIR este 14 de enero, el Purpurado comentó que "con gran alegría hemos recibido la noticia de la feliz conclusión del proceso de beatificación del venerable Juan Pablo II, durante 27 años nuestro Obispo y Pastor de la Iglesia Universal".
"La persona y la obra del amado Pontífice hacen parte no solo de la historia de la Iglesia y del mundo, sino que podemos decir también que de nuestra vida y nuestros afectos más queridos, para ser vividos junto a él, haber gozado más que otros de su presencia pastoral en nuestras parroquias, haberlo escuchado como padre presuroso y atento a las necesidades de todos y haber experimentado gracias a él en tantas formas el amor".
El Cardenal dijo también que "con sus palabras y su vida ha querido constantemente reiterar la sublime vocación de la Iglesia en Roma de presidir en la caridad. Juan Pablo II amaba a Roma y Roma ha amado al Papa y lo sigue amando".
De otro lado la presidencia nacional de la Acción Católica Italiana dio a conocer un comunicado el viernes 14 de enero en el que expresa "los sentimientos de la más profunda alegría y gratitud" por la feliz coincidencia del anuncio de la beatificación de Juan Pablo II y la promulgación del decreto del milagro atribuido a la intercesión del siervo de Dios, Giuseppe Toniolo.
Toniolo era un laico italiano, renombrado sociólogo y economista de fama mundial, dirigente de la Acción Católica Italiana en los primeros años del siglo XX, uno de los fundadores de la Federación de Universitarios Católicos y considerado uno de los artífices del ingreso de católicos en la vida social y política italiana.
El texto señala que estos anuncios renuevan el compromiso de la Acción Católica para que "los laicos sean fermento del Evangelio en las casas y escuelas, en los lugares de trabajo y ocio porque el Evangelio es palabra de esperanza y salvación para el mundo".

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 16 Enero 2011
II Domingo del Tiempo Ordinario A. Santo(s) del día : San Berardo, Beatificación Juan Pablo II, Congregación para la Causas de los Santos
Evangelio según San Juan 1,29-34.
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel". Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'. Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia  Sobre Isaías, IV, 2
«Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo»
«¡Gritad, cielos, de júbilo, porque el Señor ha tenido misericordia con Israel... Porque el Señor ha rescatado a Jacob!» (Is 44,23 LXX). De este pasaje de Isaías, se puede fácilmente concluir que el perdón de los pecados, la conversión y redención de todos los hombres anunciadas por los profetas, por Cristo se cumplirán en los últimos días. Efectivamente, cuando Dios, el Señor se nos apareció, cuando hecho hombre vivió con los habitantes de la tierra, él, el verdadero Cordero que quita el pecado del mundo, la víctima totalmente pura, entonces ¡qué motivo de gozo para los poderes de lo alto y para los espíritus celestiales, para todos los órdenes de los santos ángeles! Cantaron, cantaron su nacimiento según la carne: «¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor!» (Lc 2,14).
Si es verdad, según la palabra del Señor –y es absolutamente verdad- que «hay alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte» (Lc 15,7), ¿cómo dudar que hay gozo y alborozo en los espíritus del cielo, cuando Cristo lleva a toda la tierra el conocimiento de la verdad, llama a la conversión, justifica por la fe, y hace brillar de luz por la santificación? «Los cielos se gozan porque Dios ha tenido misericordia» y no sólo con el Israel según la carne sino con el Israel según el espíritu. «Los fundamentos de la tierra» es decir, los sagrados ministros de la predicación del Evangelio hacen «sonar la trompeta». Su voz espléndida ha llegado a todo el orbe; como trompetas sagradas ha resonado por todas partes. Han anunciado la gloria del Salvador a todos los lugares, han llamado al conocimiento de Cristo tanto a los judíos como a los paganos.


sábado, 15 de enero de 2011

LA SEMBRADORA

Teníamos en el campo una vieja sembradora. Un largo cajón de chapa, pintado de colorado, descansaba sobre el eje que a intermitencias se conectaba con engranajes y otros artilugios que daban a los engranajes, la semilla caía dentro de unos tubos de hojalata articulados en forma de resortes.

De allí saltaba al pequeño surco que justo delante del tubo iban abriendo dos discos de hierro, para ser enseguida tapadas por la tierra que sobre ella tiraban dos patitas que venían más atrás.

En fin: una maravilla de aparato. Al menos así nos parecía a nosotros los niños, para quienes todo lo que fuera mecánica y engranajes nos fascinaba. Sobre todo nos admiraba ver a los mayores que, en los días anteriores a la siembra, armaban y desarmaban bujes, engrasaban ejes y estiraban correas con una sabiduría que nosotros contemplábamos absortos. La sincronización de tantos elementos, que nosotros no lográbamos entender, nos parecía casi cosa de magia. Realmente la sembradora era una gran máquina. Podía sembrar el algodón en surcos equidistantes y en cada surco las plantas guardaban la distancia justa unas con otras. Cuando los mayores insistían en que la máquina ya era vieja y no rendía el trabajo, nosotros los pequeños no entendíamos el por qué.

Pero un año el algodón anduvo muy bien. En casa se hablaba de renovar las herramientas. Y un día vino un señor a hablar de negocios. A la semana en el patio apareció una sembradora nueva, distinta de la que conocíamos, recién pintada. La admiramos pero no la entendimos. Y con la llegada de la nueva, la vieja máquina de cajón y engranajes fue desarmada. Los fierros fueron a parar detrás del galpón, donde se amontonaron con otros similares y diferentes que procedían de los instrumentos más variados. Las ruedas y el eje se vendieron a un vecino. Y el largo cajón se llevó al gallinero, donde terminó siendo el cobijo para las ponedoras. Fue el único identificable de la vieja máquina que seguimos viendo aún por varios años.

La experiencia del derrumbe de nuestra vieja amiga de infancia podría haberme hecho perder el cariño y la fe por los algodonales si no fuera porque los seguía viendo surgir año a año de nuevo en los campos. Porque la verdad del algodón no dependía de la sembradora. Esta había sido simplemente un vehículo para poner en relación las dos cosas verdaderamente importantes: la tierra y la semilla. La verdad del algodonal descansaba en la fertilidad de la tierra y en la fecundidad de la semilla.

Mamerto Menapace, publicado en Madera Verde, Editorial Patria Grande.

Respondemos, entre todos, las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué admiraban los niños a la vieja sembradora?

2. ¿Qué hicieron con la vieja sembradora cuando llegó la nueva?

3. ¿Cuál de las dos sembradoras era más importante? ¿Por qué?

4. ¿Por qué el autor de la historia no perdió el cariño y la fe por los algodonales?

5. ¿Quién fue la persona que actuó de “vehículo” para mi encuentro con Jesús y su Palabra? ¿Supe agradecerle? ¿De qué manera?

6. Cuando escucho a alguien predicar la Palabra de Dios: ¿Me importa más su forma de vida o lo que está diciendo? ¿Por qué?

lunes, 10 de enero de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 09 Enero 2011. El Bautismo del Señor – Fiesta A.
Evangelio según San Mateo 3,13-17.
Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: "Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!". Pero Jesús le respondió: "Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo". Y Juan se lo permitió. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : Homilía atribuida a san Hipólito de Roma (?-hacia 235) . Homilía del siglo IV para la Epifanía, la santa Teofanía; PG 10, 852
«En él he puesto todo mi amor»
Cristo, creador de todas las cosas descendió como lluvia, se dio a conocer como fuente, se derramó como río (Os 6,3; Jn 4,14; 7,38) y lo vemos bautizado en el Jordán... La Fuente inasequible, que hace brotar la vida para todos los hombres y que no tiene fin, fue escondido por unas pobres y efímeras aguas. Aquel que está presente en todo, que de ninguna parte está ausente, que es inasequible a los ángeles e invisible a los hombres, viene al bautismo por su propia voluntad...
«Se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: 'Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto'.» El Hijo amado engendra amor, y la luz inmaterial engendra «la luz inaccesible» (1Tm 6,16). «Este es mi Hijo amado»... En el arca de Noé la paloma manifestó el amor de Dios para con los hombres (Gn 8,11). Ahora el Espíritu desciende bajo la apariencia de paloma, como la que trajo un ramo de olivo, se posa encima de aquel de quien da testimonio. ¿Por qué? Para que se comprenda con toda certeza que es la voz del Padre...: «La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales» (Sl 28,3) ¿Qué dice esta voz? «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. En él he puesto todo mi amor». Es aquel a quien llaman hijo de José, y es mi Hijo único según el ser divino. «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto»: tiene hambre y alimenta a innumerables multitudes, sufre y alivia a los que sufren. No tiene donde reclinar la cabeza y todo lo lleva en su mano, sufre y cura los sufrimientos. Le golpean, mas concede al mundo la libertad; le traspasan el costado mas repara el costado de Adán.

sábado, 8 de enero de 2011

CINCUENTA POR CIENTO

Nasrudin fue arrestado y conducido al tribunal bajo la acusación de haber metido carne de caballo en las albóndigas de pollo que servía en su restaurante.

Antes de pronunciar sentencia, el Juez quiso saber en qué proporción mezclaba la carne de caballo con la de pollo. Y Nasrudin, bajo juramento, respondió:

“- Al cincuenta por ciento, Señoría”.

Después del juicio, un amigo le preguntó a Nasrudin qué significaba exactamente lo del “cincuenta por ciento”.

Y Nasrudin le dijo:

“- Un caballo por cada pollo”.

Para responder:

1. ¿Hay otras maneras de entender las palabras de Nasrudín?

2. Nasrudín: ¿Decía la verdad o mentía?

3. ¿Qué significa ser una persona de Palabra? Para nosotros: ¿vale mucho tener Palabra?

4. ¿Qué significa vivir la vida? ¿Por qué?

5. ¿Qué relación tienen palabra y vida?

6. ¿Cómo interpretamos la frase: “No importa tanto lo que decimos como lo que hacemos”?

7. ¿Qué nos convierte en personas verdaderas o falsas? ¿Cuándo nuestras palabras son falsas o verdaderas? ¿Nuestra vida es verdadera o falsa?

jueves, 6 de enero de 2011

REZEMOS JUNTOS

El trabajo, Señor, de cada día

El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría de amor,

que para dar tú nos has dado.

Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.

En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en Él quien nada puede.

Amén.

miércoles, 5 de enero de 2011

lunes, 3 de enero de 2011

Lugar privilegiado para escuchar Palabra de Dios es la Misa, dice el Papa

Al presidir la Misa en las Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios, el Papa Benedicto XVI señaló que el lugar privilegiado para escuchar Palabra de Dios es la Misa, para que los cristianos se conviertan luego en eficaces anunciadores del Evangelio de Cristo.

En la Basílica de San Pedro el pasado 31 de diciembre, el Santo Padre dijo en su homilía que "con la venida de Cristo y con su redención, estamos ‘en la plenitud’ del tiempo. Como revela San Pablo, con Jesús el tiempo se hace pleno, llega a su cumplimiento, adquiriendo ese significado de salvación y de gracia por el que fue querido por Dios antes de la creación del mundo".
"Nuestro tiempo humano está lleno de males, de sufrimientos, de dramas de todo tipo –desde los provocados por la maldad de los hombres hasta los derivados de las catástrofes naturales–, pero encierra ya, y de forma definitiva e imborrable la novedad gozosa y liberadora de Cristo salvador. Precisamente en el Niño de Belén podemos contemplar de modo particularmente luminoso y elocuente el encuentro de la eternidad con el tiempo, como le gusta expresar a la liturgia de la Iglesia".
Refiriéndose a la Iglesia de Roma de la que es Obispo, el Papa, subrayó que "está empeñada en ayudar a todos los bautizados a vivir fielmente la vocación que han recibido y a dar testimonio de la belleza de la fe. Para poder ser auténticos discípulos de Cristo, una ayuda esencial nos viene de la meditación cotidiana de la Palabra de Dios".
En este contexto, animó a "todos a cultivar una intensa relación con ella, en particular a través de la lectio divina, para tener esa luz necesaria para discernir los signos de Dios en el tiempo presente y a proclamar eficazmente el Evangelio".
Benedicto XVI señaló que para la evangelización en Roma podían ser útiles "los ‘Centros de escucha del Evangelio’, que animo a hacer renacer o a revitalizar no sólo en las casas, sino también en los hospitales, en los lugares de trabajo y en aquellos donde se forman las nuevas generaciones y se elabora la cultura".
"El lugar privilegiado de la escucha de la Palabra de Dios es la celebración de la Eucaristía. El Congreso diocesano del pasado junio, en el que participé, quiso poner de manifiesto la centralidad de la Santa Misa dominical en la vida de cada comunidad cristiana".
"Animo a los párrocos y a los sacerdotes a llevar a cabo lo indicado en el programa pastoral: la formación de un grupo litúrgico que anime la celebración, y una catequesis que ayude a todos a conocer más el misterio eucarístico, del que brota el testimonio de la caridad".
El Papa terminó refiriéndose a la "preocupación por la precariedad en la que se encuentran actualmente tantas familias, que exige a toda la comunidad diocesana que esté cerca de aquellos que viven en condiciones de pobreza y dificultad. Que Dios, amor infinito, inflame los corazones de cada uno de nosotros con aquella caridad que le llevó a entregarnos a su Hijo unigénito".





domingo, 2 de enero de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna.
                                                                                           Jn 6, 68

domingo 02 Enero 2011- Domingo II después de Navidad

La Iglesia celebra donde la Epifanía se celebró el domingo: La Epifanía del Señor – Solemnidad

Santo(s) del día : San Basilio Magno

Evangelio según San Juan 1,1-18.

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : Elredo de Rielvaux (1110-1167) monje cisterciense

Sermones de Navidad 2; PL 195, 226-227

El Salvador de mundo, acostado en un pesebre
«Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador , que es el Mesías, el Señor.» (Lc 2,11) Corramos, pues, como los pastores cuando escucharon la buena noticia.... «Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» (Lc 2,12) Así que os digo: ¡tenéis que amar! Teméis al Señor de los ángeles, pero amad al niño; teméis el Señor en su majestad, pero amad al pequeño envuelto en pañales; teméis al rey de los cielos, pero amad al niño acostado en un pesebre!
¿Qué hay de especial en este niño en pañales y acostado en un pesebre? Todos los niños recién nacidos son envueltos en pañales. ¿Dónde está pues la señal? Se podrían decir muchas cosas sobre este signo...Pero, digamos en breve: Belén, «la casa del pan», es la Santa Iglesia donde es distribuido el pan del cuerpo de Cristo, el verdadero pan de vida. El pesebre de Belén es el altar en la Iglesia. Aquí se alimentan los miembros de la familia de Cristo. Los pañales significan el aspecto exterior de los sacramentos. En este pesebre, bajo la apariencia de pan y de vino, está el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo. Aquí vemos que está Cristo en persona, pero envuelto en pañales, es decir, presente de forma invisible bajo los signos sacramentales. No hay signos más grandes y más evidentes del nacimiento de Cristo que el hecho de acercarnos diariamente a su cuerpo y su sangre en el altar santo, y el hecho que vemos diariamente inmolarse por nosotros a Aquel que nació una sola vez de la Virgen.
Así, pues, hermanos, apresurémonos para llegar al pesebre del Señor. En cuanto podamos preparémonos a este encuentro con su gracia, asociados a los ángeles, «con un corazón puro y buena conciencia y una fe sincera» (2Cor 6,6) Entonces cantaremos al Señor con toda nuestra vida y nuestro comportamiento: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor.» (Lc 2,14)