jueves, 31 de marzo de 2011

yo vengo a ofrecer mi corazón

martes, 29 de marzo de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 27 Marzo 2011 III Domingo de Cuaresma A. Santo(s) del día : San Ruperto, Advocación Mariana: Nuestra Señora de la Rábida.

Evangelio según San Juan 4,5-42.

Llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José.
Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber".
Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
La samaritana le respondió: "¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: 'Dame de beber', tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva".
"Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?".
Jesús le respondió: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna".
"Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla".
Jesús le respondió: "Ve, llama a tu marido y vuelve aquí".
La mujer respondió: "No tengo marido". Jesús continuó: "Tienes razón al decir que no tienes marido,
porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad".
La mujer le dijo: "Señor, veo que eres un profeta.
Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar".
Jesús le respondió: "Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre.
Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre.
Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad".
La mujer le dijo: "Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo".
Jesús le respondió: "Soy yo, el que habla contigo".
En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: "¿Qué quieres de ella?" o "¿Por qué hablas con ella?".
La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
"Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?".
Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro.
Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: "Come, Maestro".
Pero él les dijo: "Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen".
Los discípulos se preguntaban entre sí: "¿Alguien le habrá traído de comer?".
Jesús les respondió: "Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra.
Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega.
Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría.
Porque en esto se cumple el proverbio: 'no siembra y otro cosecha'
Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos".
Muchos samaritanos de esta ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: "Me ha dicho todo lo que hice".
Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días.
Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra.
Y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : Santiago de Saroug (v. 449-521), monje y obispo sirio.  Homilía sobre nuestro Señor y Jacob, sobre la Iglesia y Raquel

« Serás más grande que nuestro padre Jacob? »
La vista de la belleza de Raquel a hecho a Jacob de alguna forma más fuerte: ha podido levantar la enorme piedra de encima del pozo y dar de beber al rebaño (Gn 29,10)... En Raquel con quien se casaba, veía el símbolo de la Iglesia. Por ello era preciso que abrazándola llore y sufra (v. 11), a fin de prefigurar por su matrimonio los sufrimientos del Hijo... ¡Cuánto más hermosas las nupcias del Esposo Real que las de sus embajadores! Jacob ha llorado por Raquel casándola; nuestro Señor ha cubierto la Iglesia con su sangre salvándola. Las lágrimas son el símbolo de la sangre, porque no es sin dolor como brotan de los ojos. El llanto del justo Jacob es el símbolo del gran sufrimiento del Hijo, por el cual la Iglesia de las naciones ha sido salvada.
Ven, contempla nuestro Maestro: ha venido a casa de su Padre en el mundo, se ha anonadado para cumplir su camino de humildad (Ph 2,7)... Ha visto las naciones como rebaños muy sedientos, y la fuente de la vida cerrada por el pecado como por una piedra. Ha visto la Iglesia parecida a Raquel: entonces se precipitó hacia ella, derribó el pecado pesado como una roca. Ha abierto para su esposa el baptisterio para que se bañe; ha sacado de allí, ha dado a beber a las naciones de la tierra, como a sus rebaños. Con su poder, ha levantado el pesado peso de los pecados; para el mundo entero, ha puesto al descubierto la fuente de agua dulce...
Sí, por la Iglesia, nuestro Señor se dió un gran trabajo. Por amor, el Hijo de Dios vendió sus sufrimientos, con el fin de unirse, al precio de sus llagas, a la Iglesia abandonada. Por ella, que adoraba los ídolos, sufrió en la cruz. Por ella ha querido entregarse, para que sea suya, toda inmaculada (Ep 5,25-27). Consintió llevar a pacer el rebaño entero de los hombres, con el gran bastón de la cruz; no rehusó sufrir. Razas, naciones, tribus, multitudes y pueblos, aceptó conducir a todos, para tener para él, a su vez, la Iglesia, su única (Ct 6,9).

jueves, 24 de marzo de 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

El Papa pidió que se garantice el acceso a la ayuda humanitaria.

Benedicto XVI, lanzó  un "llamado urgente a los líderes políticos y militares" para que garanticen "la seguridad de los ciudadanos libios".

Benedicto XVI, preocupado por las informaciones procedentes de Libia, lanzó el domingo un "llamado urgente a los líderes políticos y militares" para que garanticen "la seguridad de los ciudadanos libios y el acceso a la ayuda humanitaria".
"Hago un llamado urgente a los responsables políticos y militares para que garanticen la seguridad de los ciudadanos y el acceso a la ayuda humanitaria", declaró el Papa luego del ángelus dominical en la plaza de San Pedro.
"Estos últimos días, las informaciones preocupantes provenientes de Libia me suscitaron una profunda ansiedad así como temores", explicó.
"Sigo ahora los acontecimientos con gran aprehensión, rezo por los que están implicados en la dramática situación de ese país", afirmó Benedicto XVI.
"Pido a Dios que un horizonte de paz y de concordia se levante rápidamente en Libia y en toda la región norafricana", concluyó

domingo, 20 de marzo de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 20 Marzo 2011 II Domingo de Cuaresma A. Santo(s) del día : San Martín Dumiense.
Evangelio según San Mateo 17,1-9.
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado.
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo".
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense, no tengan miedo".
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : San Efrén (v. 306-373), diácono en Siria, doctor de la Iglesia
Opera Omnia, p. 41
«Este es mi Hijo muy amado »
Simón-Pedro dice: « ¡Señor, es bueno estar aquí! » ¿Qué dices, Pedro? Si permanecemos aquí, ¿quién realizará las predicciones de los profetas? ¿Quién sellará las palabras de los heraldos? ¿Quién llevará hasta su término los misterios e los justos? Si permanecemos aquí ¿en quién se cumplirán estas palabras:« Han atravesado mis manos y mis pies»? ¿En quién se cumplirán estas palabras: « se han repartido mis vestiduras, han echado a suertes mi túnica»? (Ps 21,17.19; Jn 19,24) ¿Quién realizará el anuncio del salmo: « Por alimento, me dieron hiel y para mi sed, me dieron vinagre » ? (68,22; Mt 27,34; Jn 19,29) ¿Quién vivirá la expresión: « Libre entre los muertos » ? (Ps 87,6 hbr) ¿Cómo se ejecutarán mis promesas, cómo se construirá la Iglesia?
Y Pedro dice aún: « Hagamos aquí tres tiendas, una para ti, una para Moisés, una para Elías». Enviado para construir la Iglesia en el mundo, Pedro quiere levantar tres tiendas en la montaña. No ve aún a Cristo más que como hombre, lo pone a la par de Moisés y Elías. Pero Jesús le muestra pronto que no había necesidad de tienda. Era Él quien durante 40 años, había levantado una tienda para los Padres, una tienda de nube cuando permanecieron en el desierto (Ex 40,34).
« Hablaban aún, y he aquí que una nube luminosa les cubrió con su sombra ». ¿La ves, Simón, esta tienda levantada sin esfuerzo? Destierra el calor, sin conllevar tinieblas, tienda brillante y resplandeciente. Mientras que los discípulos se extrañaban, una voz venida del Padre se hace oír en la nube: « ¡Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias, escuchadle! »... El Padre enseñaba a los discípulos que la misión de Moisés estaba cumplida: en adelante es el Hijo a quien deberán escuchar. El Padre, en la montaña revelaba a los apóstoles lo que les quedaba oculto: « El que es » revelaba « El que es » (Ex 3,14), el Padre hacía conocer a su Hijo.


viernes, 18 de marzo de 2011

Ejercicios Espirituales ( salta)

Regálate Encuentros con el Señor!
“Seguiré Tu Palabra por el sendero de la vida y guardare Tu Palabra para la sed de mis días”
Queremos invitarte a participar de ocho días de ejercicios espirituales
Desde el 5 al 15 de Abril, los días martes, jueves y viernes.
Horario: De 20.30 a 22.00 Hs.
Lugar: Colegio María Auxiliadora- Belgrano 1250
Teléfono para consultas: 0387 - 4212756
¡No te olvides tu Biblia, un anotador y lapicera!
Colaboración: $5
Organiza: Equipo de Espiritualidad Bíblica

jueves, 17 de marzo de 2011

ESTAR ENAMORADO

Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre de la vida.
Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de la carne se respira.
Es contemplar desde la cumbre de la persona la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad de nuestra sombra está vencida.
Estar enamorado amigos, es descubrir dónde se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de un río que nos llama.

Es ver el mar desde la torre donde ha quedado prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de la música sin tasa.
Estar enamorado, amigos, es adueñarse de las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la cabeza distraída.
Es recordar a Garcilaso cuando se siente la canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una pequeña lucecita.
Estar enamorado, amigos, es padecer espacio y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo tiempo compartir su noche oscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de tener las manos puras.
Francisco Luis Bernárdez

miércoles, 16 de marzo de 2011

lunes, 14 de marzo de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 13 Marzo 2011. I Domingo de Cuaresma A. Santo(s) del día : Santa Cristina
Evangelio según San Mateo 4,1-11.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra". Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme". Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto". Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por :  San Máximo de Turín (?-v. 420), Obispo

Sermón 16; PL 57, 561, CC Sermón 51, p. 206

Alimentarse de la Palabra que sale de boca de Dios.

El Salvador responde al diablo: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra de Dios". Lo que significa:« Él no vive del pan de este mundo, ni del alimento material del que tú te serviste para engañar a Adán, el primer hombre, sino de la Palabra de Dios, de su Verbo, que contiene el alimento de la vida celeste». Por lo tanto, el Verbo de Dios, es Cristo nuestro Señor, como dice el evangelista: « En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios»(Jn 1,1). Todo el que se alimenta de la palabra de Cristo ya no tiene necesidad de alimento de la tierra. Como uno que se restaura con el pan del Señor, no puede ya desear el pan de este mundo. En efecto, el Señor es su propio pan, o más bien, el Señor es el mismo pan, como Él enseña por sus palabras: « Yo soy el pan que ha bajado del cielo» (Jn 6,41). Y este pan hizo decir al Profeta: « El pan fortalece el corazón del hombre»( Ps 103,15).

¿Qué me importa el pan que me ofrece el diablo, si yo tengo el pan que reparte Cristo? ¿Qué me importa el alimento que.....ha expulsado al primer hombre del Paraíso, ha hecho perder a Esaú su derecho de primogenitura...(Gn 25,29), que ha convertido a Judas Iscariote en un traidor (Jn 13,26)? Adán perdió en efecto el Paraíso por causa del alimento, Esaú perdió su derecho de primogenitura por un plato de lentejas, y Judas renunció a su rango de apóstol por un bocado: pues en el momento que él cogió el bocado, dejó de ser un apóstol para ser un traidor... la comida que tenemos que tomar es aquella que abre el camino al Salvador, no al diablo, aquella que transforma al que la come en confesor de la fe y no en traidor.

El Señor tiene razón al decir, en este tiempo de ayuno, que es el Verbo de Dios el que alimenta, para enseñarnos que no debemos pasar nuestros ayunos preocupándonos de este mundo sino de la lectura de los textos sagrados. En efecto, aquel que se alimenta de la Escritura se olvida del hambre del cuerpo; aquel que se alimenta del Verbo celeste olvida el hambre. Pues bien, este es el alimento que nutre el alma y calma al hambriento...: da también la vida eterna y aleja de nosotros las trampas de la tentación del diablo. Esta lectura de textos sagrados es vida como dice el Señor: « Las palabras que os he dicho son espíritu y vida» (Jn 6,63).

martes, 8 de marzo de 2011

domingo, 6 de marzo de 2011

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 06 Marzo 2011

IX Domingo del Tiempo Ordinario A. Santo(s) del día : Santa Coleta
Evangelio según San Mateo 7,21-27.
No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'. Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por :  San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia

Sermón sobre el Cantar de los cantares, n° 61

Cimentado en la roca

"Paloma mía, en las oquedades de la roca, en el escondrijo escarpado, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz" (Ct 2,14). Alguien ha reconocido en estas oquedades las heridas de Cristo. Y tiene razón, porque Cristo es la roca.

¡Dichosas cavidades que permiten elevar el edificio de la fe en la resurrección y dan testimonio de la divinidad de Cristo! "Señor mío y Dios mío" dijo el apóstol ( Jn 20,28). ¿De dónde ha salido esta exclamación tantas veces repetida, sino de las oquedades de la piedra? El gorrión ha encontrado un refugio y la tórtola un nido para sus polluelos (Ps 83,4). La paloma, escondida en su refugio, mira sin temblar al halcón que traza círculos alrededor de ella. Por esto el Esposo dice: "Paloma mía en las oquedades de la roca", y la paloma responde:"Él me ha establecido sobre la roca" y "Él ha afianzado mis pies sobre la roca" (Ps 26,5; 39,3).

El hombre sabio construye su casa sobre la roca, para que no la destruya ni la violencia del viento ni las inundaciones. ¿Qué bien no proporciona la roca? sobre la roca, yo me levanto, me siento seguro, me mantengo firme; me refugio del enemigo y me protejo de sus ataques, porque yo estoy por encima de la tierra—y todo lo que es tierra es perecedero y caduco.

Que nuestra vida esté en el cielo y no tengamos miedo de caer ni de ser derribados. La roca se eleva hasta el cielo y nos proporciona seguridad; es el refugio de los indefensos (Ps 103,18).

En efecto, ¿dónde podrá hallar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo, sino en las llagas del Salvador? En ellas habito con seguridad, sabiendo que él puede salvarme. Grita el mundo, me oprime el cuerpo, el diablo me pone asechanzas, pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre piedra firme. Si cometo un gran pecado, me remorderá mi conciencia, pero no perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, fue traspasado por nuestras rebeliones. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo? Por esto, si me acuerdo que tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ya no me atemoriza ninguna dolencia, por maligna que sea.