domingo, 25 de diciembre de 2011

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 25 Diciembre 2011

Solemnidad de la Natividad del Señor: Misa del día


Fiesta de la Iglesia : Natividad de Nuestro Señor


Evangelio según San Juan 1,1-18.


Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. 
Al principio estaba junto a Dios. 
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. 
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. 
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. 
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 
El no era la luz, sino el testigo de la luz. 
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. 
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. 
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. 
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. 
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. 
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. 
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". 
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: 
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre. 



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : Papa Benedicto XVI 
Homilía del  25/12/05 (© Libreria Editrice Vaticana) 

«Yo te he engendrado hoy»
      "El Señor me ha dicho: Tu eres mi hijo, yo te he engendrado hoy". Con estas palabras del Salmo segundo, la Iglesia inicia la Santa Misa de la vigilia de Navidad, en la cual celebramos el nacimiento de nuestro Redentor Jesucristo en el establo de Belén. En otro tiempo, este Salmo pertenecía al ritual de la coronación del rey de Judá. El pueblo de Israel, a causa de su elección, se sentía de modo particular hijo de Dios, adoptado por Dios. Como el rey era la personificación de aquel pueblo, su entronización se vivía como un acto solemne de adopción por parte de Dios, en el cual el rey estaba en cierto modo implicado en el misterio mismo de Dios.
      En la noche de Belén, estas palabras que de hecho eran más la expresión de una esperanza que de una realidad presente, han adquirido un significado nuevo e inesperado. El Niño en el pesebre es verdaderamente el Hijo de Dios. Dios no es soledad eterna, sino un círculo de amor en el recíproco entregarse y volverse a entregar. Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
      Más aún, en Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios mismo se ha hecho hombre. El Padre le dice: "Tu eres mi hijo". El eterno hoy de Dios ha descendido en el hoy efímero del mundo, arrastrando nuestro hoy pasajero al hoy perenne de Dios. Dios es tan grande que puede hacerse pequeño. Dios es tan potente que puede hacerse inerme y venir a nuestro encuentro como niño indefenso, a fin de que podamos amarlo. Es tan bueno que puede renunciar a su esplendor divino y descender a un establo para que podamos encontrarlo y, de este modo, su bondad nos toque, nos sea comunicada y continúe actuando a través de nosotros. Esto es la Navidad: "Tu eres mi hijo, hoy yo te he engendrado". Dios se ha hecho uno de nosotros, para que podamos estar con Él, llegar a ser semejantes a Él. Ha elegido como signo suyo al Niño en el pesebre: Él es así. De este modo aprendemos a conocerlo. Y sobre todo niño resplandece algún destello de aquel hoy, de la cercanía de Dios que debemos amar y a la cual hemos de someternos; sobre todo niño, también sobre el que aún no ha nacido.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Andrea Bocelli - Noche de Paz ( The best Silent Night )

AMIGOS DEL BLOGS: Asi cómo la lluvia ha empapado la tierra y no vuelve sin haber dado vida, que el Divino Niño Jesus los empape de bendiciones, paz, amor, les haga renacer en su presencia y le de todo aquello que necesiten. feliz noche buena para todosssssssssssssssss!!!!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

jornada de sanación, oración y celebración Eucarística con el Padre Gustavo E Jamut




 con el predicador Alejandro de Colombia, es discípulo del P, Jamut

domingo, 18 de diciembre de 2011

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 18 Diciembre 2011

IV Domingo de Adviento B


Santo(s) del día : La Expectación del Parto


Evangelio según San Lucas 1,26-38.


En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. 
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". 
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. 
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. 
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; 
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". 
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". 
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. 
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, 
porque no hay nada imposible para Dios". 
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó. 



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia 
Homilía 4 sobre «Missus est », §8-9 

«No temas, María»
        Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no era por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librado si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida...
        No tardes, Virgen María, da tu respuesta. Señora Nuestra, pronuncia esta palabra que la tierra, los abismos y los cielos esperan. Mira: el rey y señor del universo desea tu belleza, desea no con menos ardor tu respuesta. Ha querido suspender a tu respuesta la salvación del mundo. Has encontrado gracia ante de él con tu silencio; ahora él prefiere tu palabra. El mismo, desde las alturas te llama: «Levántate, amada mía, preciosa mía, ven...déjame oír tu voz» (Cant 2,13-14) Responde presto al ángel, o, por mejor decir, al Señor por medio del ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra; pronuncia tu palabra y concibe la divina; emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra eterna...
        Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Criador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta. Si te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverás con dolor a buscar al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento.
        «Aquí está la esclava del Señor, -dice la Virgen- hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1, 38)


martes, 13 de diciembre de 2011

domingo, 11 de diciembre de 2011

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 11 Diciembre 2011

III Domingo de Adviento "Gaudete" B


Santo(s) del día : San Daniel de Maratha 


Evangelio según San Juan 1,6-8.19-28.


Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. 
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 
El no era la luz, sino el testigo de la luz. 
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?". 
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías". 
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió. 
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?". 
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías". 
Algunos de los enviados eran fariseos, 
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?". 
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: 
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia". 
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. 



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : San Gregorio Magno (v. 540-604), papa y doctor de la Iglesia 
Homilías sobre el Evangelio, n° 7 

«Entre vosotros está uno que no conocéis: él viene detrás de mí»
        "Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno que no conocéis». No está en espíritu, sino en el agua que Juan bautiza. Incapaz de perdonar los pecados, lava con agua el cuerpo de los bautizados, pero no se lava el espíritu para el perdón. Entonces, ¿por qué bautizar, si no se limpian los pecados por su bautismo? ¿Por qué, si no permanecería en su papel de precursor? Al igual que al nacer, precedió al Señor que iba a nacer, también lo precedió, al bautizarse, el Señor que iba a ser bautizado. Precursor de Cristo por su predicación, lo precedió también bautizando, el que fue la imagen del sacramento que estaba por venir.
        Juan anunció un misterio cuando dijo que Cristo estaba entre los hombres y que no lo conocían, ya que el Señor, cuando se mostró en la carne se hizo visible en su cuerpo e invisible en su majestad. Y Juan añade: "El que viene después de mí se ha puesto delante mío" (Jn 1,15)...; explica las causas de la superioridad de Cristo cuando dice: "Porque existía antes que yo", como si dijera claramente: "Si va delante mío, aunque él nació después que yo, es porque el tiempo de su nacimiento, no le pone límites. Nacido de una madre en el tiempo, es engendrado por el Padre fuera del tiempo".
        Juan muestra humilde respeto, continúa: "yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia." Era costumbre entre los antiguos, que si alguien se negaba a casarse con una chica con la que estaba prometido, esta desataba la sandalia de aquel que se volvía atrás. Pero Cristo ¿no se mostró como el Esposo de la santa Iglesia? ... Pero debido a que los hombres pensaban que Juan era el Mesías – cosa que el mismo Juan negaba - se declara indigno de desatar la correa de su sandalia. Es como si dijera... "No me adjudico incorrectamente el nombre del esposo" (cf. Jn 3,29).


jueves, 8 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

domingo, 4 de diciembre de 2011

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 04 Diciembre 2011

II Domingo de Adviento B


Santo(s) del día : Santa Barbara

Evangelio según San Marcos 1,1-8.



Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. 
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. 
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, 
así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. 
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. 
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: 
"Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. 
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo". 



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : Homilía atribuida a san Gregorio Taumaturgo (v. 213 – v. 270), obispo 
Homilía sobre la santa Teofanía, 4; PG 10, 1181 

«No soy digno de desatarle las sandalias»
        [Jesús fue a Juan para que lo bautizara. Juan dijo: ¡soy yo quien tengo que ser bautizado por ti! (Mt 3,3.14).] En tu presencia, Señor, no me puedo callar, porque «yo soy la voz, y la voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor. Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y tú vienes a mí?» (Mt 3,3.14).
        En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios (Juan 1,1) ; eres el reflejo resplandeciente de la gloria del Padre, la expresión perfecta del Padre(He 1,3); eres la verdadera luz que ilumina el mundo(Jn 1,9); tú que aunque estabas en el mundo, viniste donde ya estabas; tú que te hiciste carne, pero que habitas en nosotros(Jn 1,14; 14,23) y que te mostraste a tus siervos en condición de siervo(Fil 2,7); tú que uniste la tierra y el cielo con tu santo nombre como puente; ¿Eres tú quien vienes a mi?¿Tú que eres tan poderoso en comparación a mi pobreza? El rey hacia el servidor, el Señor hacia el servidor...
        "Yo sé cuál es el abismo entre la tierra y el Creador». Cuál la diferencia entre el barro de la tierra y el que la ha modelado (Gen 2,7). Yo sé que tú eres el sol de justicia mayor que yo, que soy la lámpara de tu gracia (Mt 3,20 y Jn 5,35). Y mientras estás cubierto por la nube de tu cuerpo puro, yo, sin embargo, reconozco mi condición de siervo, que proclama tu gloria. "Yo no soy digno de desatar la correa de tus sandalias." ¿Y cómo me atrevo a tocar tu cabeza? Cómo extenderé la mano sobre ti, »que has extendido los cielos como una tienda de campaña" y que has afianzado «las aguas sobre la tierra" (Salmo 103,2, 135,6) ... ¿Qué oración voy a hacer sobre ti, que acoges las oraciones de aquellos que te ignoran?


viernes, 2 de diciembre de 2011

EL GRAN CARPINTERO


No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua. Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. “Estoy buscando trabajo por unos días”, dijo el extraño, “quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso”.
“Sí”, dijo el mayor de los hermanos, “tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros”.
“Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero?”
“Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más”.
El carpintero le dijo: “Creo que comprendo la situación. Muéstreme dónde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho”.
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. ¡¡¡No había ninguna cerca de dos metros!!! En su lugar había un puente. ¡¡¡Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!! Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: “Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho”.
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. “No, espera. Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti”, le dijo el hermano mayor al carpintero.
“Me gustaría quedarme”, dijo el carpintero, “pero tengo muchos puentes por construir”.
Responde:
1.    ¿Qué pasó entre los hermanos?
2.    ¿Qué hizo el hermano menor? ¿Qué quería hacer el hermano mayor?
3.    ¿Qué hace el carpintero? ¿Por qué desobedece la orden del hermano mayor?
4.    ¿Cómo reacciona el hermano menor?
5.    ¿Cómo termina la historia? ¿Qué enseñanzas nos deja?
6.    Nosotros: ¿Construimos puentes o cercas? Contamos situaciones vividas.