Siendo de origen italiano, no es muy difícil concluir que nació en el seno de una familia católica. Cierto. Y tan cierto como que metido en el mundo de los artistas, del cine, de la televisión… su fe quedó aparcada en algún momento y en algún lugar de su vida. Efectivamente, Rambo, Rocky o simplemente Sylvester Stallone fue así. Pero también Dios ha tenido una llamada especial para que volviese a la fe: la enfermedad de su hija Sophia. Porno en 1970 Sylvester Stallone nació en Nueva York, en 1946, en el seno de una familia de inmigrantes católicos. Su madre era profesora de danza y su padre, peluquero. Sylvester pronto reclamó para sí un lugar sobresaliente en el mundo de la escena.
Al principio tuvo algunos papeles secundarios para Woody Allen e, incluso, en la famosísima serie de Kojak, pero los estudios eran caros y el trabajo no abundaba. Así que lamentablemente se abría una de las páginas más oscuras de su carrera cinematográfica participando en 1970 en una película pornográfica. El boxeador Rocky, su gran éxito La sequía continuó hasta que en 1975 escribió el guión de Rocky y al año siguiente se estrenaba la película convirtiéndose en un éxito internacional, y haciendo del boxeador un icono del mundo del cine que habría que pasar de generación en generación, y en donde la presencia de la fe cristiana no anda muy lejos. Una enfermedad, la puerta hacia la fe Los tiempos cambian, dejó de ir a la iglesia y prefirió buscar fama y fortuna, pero Dios llamó de nuevo a su puerta y le encaminó de nuevo hacia la fe de su infancia. Para ello el Señor se valió de su hija Sophia. Sophia nació con una enfermedad del corazón. En noviembre de 1996, con tan sólo dos meses de edad, tuvo que someterse a una operación a corazón abierto. Afortunadamente la operación salió bien, se encuentra en perfecto estado e, incluso, hace vida normal. Parece que todo quedó arreglado.
Sin embargo en una entrevista concedida a los medios, Stallone trata de encontrar las palabras para describir lo que provocó el abandono de su fe y el revulsivo que supuso la enfermedad de su hija. Algo muy clásico y que sucede a tantas personas: “No lo sé. Es la vida. Tu carrera profesional te está llevando por un lado, y dejas de estar en comunicación con tu familia”. Para los actores, el peso de la fama es “muy fuerte”, y agregó: “Yo no tenía ninguna base sólida detrás de mí o gente que me ayudase a mantener los pies en el suelo. Me sedujo extremadamente la nueva libertad que había alcanzado”. Al tercer matrimonio En cuanto a su vida afectiva, en 1974 se casó con la actriz Sasha Czack, de la que se divorció en 1985. En este mismo año se casó Brigitte Nielsen, cuyo matrimonio se rompió dos años después. Sin embargo, todo empezó a cambiar a partir de la boda con su tercera y actual esposa, Jennifer Flavin, la madre de Sophia.
“Cuando me casé, todo cambió”, dijo, sobre todo “cuando mi hija nació enferma y me di cuenta de que realmente se necesita un poco de ayuda aquí. Comencé a poner todo en las manos de Dios, su omnipotencia, su perdón”. Stallone explica que ser católico “me pone donde debo estar. Estaba solo en el mundo. Pensé que iba a tener que manejar las cosas a mi manera.” Entonces “pensé que si me pongo en las manos de Jesús y pido comprensión y orientación, básicamente me estoy quitando el yugo de encima y usando Su inteligencia y sabiduría para tomar las decisiones correctas”. El mensaje cristiano en sus películas Se trata de un proceso que no sólo afecta a su vida personal, sino también a su profesión: “Realmente siento que cuando escribí el primer guión de ‘Rocky’, alguien dirigía mi mano”.
Algo muy similar sucede con la última película de la saga, “Rocky Balboa”, donde el actor finaliza la película “señalando con su dedo hacia arriba y muestra respeto a Jesús”. En ella se busca que el espectador, cuando vea la película, trate “de ser capaz de escuchar a su corazón y no tanto su mente, siguiendo la orientación de alguien mucho más poderoso que tú: Jesús”, explica Stallone. En Rocky I: antes que nadie, Jesucristo “En ‘Rocky I’, la primera persona que vimos fue a Jesús”, explicó en referencia a una escena de apertura del club de boxeo donde hay un gran mural de Jesucristo en una pared del fondo.
Y si un sexto “Rocky” no es suficiente, hay “Rambo IV” donde el mensaje es más claro: “Rambo es un ateo que no cree en nada. Su trabajo consiste en llevar a un grupo de misioneros católicos río arriba en un territorio muy hostil, y Rambo está allí para llevar la Palabra de Dios y la medicina a los nativos”. Parece ser que el héroe de la pantalla grande, de cuerpo descomunal, experimentado luchador, para quien la vida y a la muerte no valen nada, mientras se dedica a salvar al mundo también está necesitado de Dios. romanos835.
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