martes, 3 de mayo de 2011

Los obispos argentinos hablaron del beato Juan Pablo II

Los obispos argentinos hicieron referencias al beato Juan Pablo II al presidir misas de acción de gracias con motivo de su reciente beatificación por parte del papa Benedicto XVI.
Destacaron, entre otros aspectos, su profunda fe, sus enseñanzas, su entrega a Dios y al prójimo, y relación espiritual cercana con los jóvenes.
También reconocieron la fascinación que ejercía Juan Pablo II entre los cristianos y no creyentes, y criticaron que no hayan aceptado sus magisterios sobre el orden natural de la creación y la ley de Dios, pero sí sus enseñanzas sobre la justicia, la libertad o la paz.

Algunas de las referencias episcopales

* Cardenal Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires): “El beato Juan Pablo nos dijo repetidas veces ya desde el comienzo: ‘No tengan miedo’ porque vivía contemplando a su Señor resucitado, él sabía que su Redentor vivía, él sabía que esas llagas abrevaban su corazón de pastor, que en esas llagas encontraba refugio y coraje, y nos lo quiso transmitir de entrada: ‘No tengan miedo’. Hace unos días, en una bellísima expresión, el arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislao Dziwisz, refiriéndose a esta frase dijo: ‘aquel no tengan miedo (que pronunció el Papa) derribó dictaduras’. El coraje, la firmeza, que nos da la resurrección de Cristo, la serenidad de ser perdonados por la misericordia que encontramos en sus llagas, nos quitan el miedo. Que hoy siga resonando en nuestros oídos y en nuestro corazón esa frase de Jesús, de los ángeles y del beato Juan Pablo: ‘No tengan miedo’”.
* Arzobispo Andrés Stanovnik (Corrientes): “La fama de santidad de Juan Pablo II, su profunda humanidad y la transparencia de Dios que reflejaba su persona, había superado, ya durante su vida terrena y sobre todo mediante el desempeño de su pontificado misionero, ampliamente los límites de la comunidad católica y se convirtió en ciudadano del mundo: todos lo sentimos cercano porque él se hizo prójimo de todos. Y ése es el mayor milagro: el milagro del amor y de la vida que nos hace prójimos unos de otros, que nos da una mirada limpia para vernos con los ojos de Dios y un corazón nuevo para que nos sintamos hermanos y hermanas de todos, sin exclusiones de ningún tipo. En la persona de Juan Pablo II, Dios se hace más accesible y más cercano a todos, un Dios verdaderamente amigo de los hombres”.
* Arzobispo Héctor Aguer (La Plata): “La personalidad espiritual de ese gran hombre de fe que fue Karol Wojty³a inspiró el propósito pastoral de su ministerio petrino: hacer de la fe una experiencia de vida, o dicho de otro modo, orientar a los fieles y a las comunidades eclesiales y animarlos a lograr una asimilación subjetiva de la fe. Pensemos en la subjetividad de las personas, pero también en la subjetividad de las sociedades. Para Juan Pablo II, tal como él mismo lo ha enseñado repetidamente, la fe no arraiga del todo en un pueblo si no se hace cultura”.
* Arzobispo José María Arancedo (Santa Fe de la Vera Cruz): “Su enseñanza partía de una profunda mirada de fe, que se unía a una sólida formación y reflexión filosófica. Él nos diría que ambas realidades, la fe y la razón, fueron para él como ‘las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad’. La fe no sacrifica a la razón, la necesita, por otra parte agregaría, una razón sin prejuicios es la que se abre a un conocimiento más pleno de la realidad… Él le dio a su vida y pensamiento la riqueza de una síntesis humana y espiritual de la que hemos sido testigos y hoy queremos agradecer. Siendo un hombre de sólida tradición y pertenencia a la Iglesia, alcanzó un nivel de reconocimiento universal”.
* Arzobispo Carlos Ñáñez (Córdoba): “Con el correr de los tiempo el Papa fue sintiendo las limitaciones de su edad y de la debilidad de su salud, algunas caídas, operaciones, el mal de Parkinson. Él nunca ocultó su fragilidad, su enfermedad, muchísimo menos se avergonzó de ella, sino que la sobrellevó permanentemente con paciencia y con un espíritu de ofrenda hasta llegar a la entrega serena y confiada de su vida. Ahí tenemos un ejemplo y una enseñanza para elaborar esta realidad, para tener actitud de fe y de confianza que nos permita superar los momentos de desconcierto, de rebeldía frente a las dificultades”.
* Arzobispo Guillermo Garlatti (Bahía Blanca): “La delegación de Juan Pablo II en el cardenal (Antonio) Samoré fue providencial para librarnos de una terrible guerra que no hubiera solucionado nada sino que hubiera dejado miles de muertos en dos países hermanos. En este sentido, la intervención del cardenal Raúl Primatesta, que fue quien le pidió al Papa su mediación, fue decisiva para lograr la paz con Chile”.
* Obispo Juan Rubén Martínez (Posadas): “De diversas maneras durante su largo pontificado hemos tenido la posibilidad de conocer a este hombre tan querido por todos. En mi caso he sido ordenado sacerdote y posteriormente obispo cuando Juan Pablo II era Papa. Siendo Obispo he tenido la posibilidad de tener dos audiencias privadas con él, en donde he experimentado su paternidad y cercanía. Todos hemos conocido que Juan Pablo II fue un hombre totalmente donado a Dios y a la gente, para vivir sin límites la misión conferida. Los argentinos especialmente tenemos que agradecer su mediación que evitó una guerra absurda con nuestros hermanos chilenos. Recordamos sus visitas a la Argentina y su especial carisma con los jóvenes”.
* Obispo Jorge Lozano (Gualeguaychú): “La variedad de las edades, y vocaciones diversas en la Plaza nos muestran la universalidad de la figura del papa Juan Pablo. La alegría y el fervor especialmente destacado en los jóvenes hablan de la vitalidad de la fe cuando se deja entrar a Jesucristo en la vida”… “A este día no se llegó por casualidad o capricho, la Iglesia ha transitado el camino de la investigación de la vida, el obrar, la predicación de una persona: Juan Pablo II. Los beatos y los santos nos muestran cómo el evangelio se hace carne en una vida concreta. Nos mueven a imitarlos en su amor a Dios y al prójimo. Nos alientan en el camino de la fe y el amor”.
* Obispo Jorge Lugones (Lomas de Zamora): “Juan Pablo II ha sido tan cercano a nosotros, en esas dos visitas que tuvimos aquí, que cada uno tendrá una experiencia personal de él, pero él también es universal, no sólo de los católicos, sino que es una figura de todo el mundo; cuando murió, todo el mundo estaba atento para ver cuándo partía este gran apóstol de la gente, que pasó haciendo el bien como Jesús; por eso hoy la Iglesia lo reconoce y nosotros podemos pedirle. Qué lindo sería que le pidamos por nuestra prioridad diocesana de salir a los adolescentes y jóvenes que no están en nuestras comunidades, para escucharlos, contenerlos, acompañarlos y después anunciarles a Jesucristo, Señor de la vida”.
* Obispo Luis Stöckler (Quilmes): “A partir de hoy podemos pedirle públicamente que Dios, por su intercesión, nos ayude: ‘Oh Trinidad Santa, te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de los santos”.
* Obispo Francisco Polti (Santiago del Estero): “Entre tantas cualidades de este pontífice señalaría la fe y el amor. Visión sobrenatural y un enorme corazón. Dos notas que guiaron al beato Juan Pablo II y que nos hablan de la grandeza de la santidad. Ambas quedan bien patentes en esa mirada y esa sonrisa de la fachada de San Pedro. En efecto, la magnanimidad de este Papa, por la que hoy damos gracias a la Trinidad Beatísima, se explica por su profunda vida interior. Todos somos testigos de cómo se hincaba de rodillas en adoración al Santísimo Sacramento”.
* Obispo Juan Carlos Romanín (Río Gallegos): “Hoy la Iglesia beatifica a Juan Pablo II, artesano de misericordia, defensor de los derechos humanos, trabajador incansable. Que su testimonio nos ayude a revalorizar la figura de San José Obrero y nos enseñe a poner nuestra confianza en la Providencia de Dios, para que nunca nos falte el pan nuestro de cada día”.
* Obispo Oscar Sarlinga (Zárate-Campana): “Durante el ángelus del 17 de enero el Papa anunció la beatificación de Juan Pablo II. ‘El próximo 1 de mayo –dijo el Papa Benedicto XVI- tendré la alegría de proclamar beato a mi predecesor, el Venerable Juan Pablo II. La fecha elegida será el segundo domingo de Pascua, que él mismo llamó de la Divina Misericordia’, y en la que terminó su vida terrena. Dicho término de la vida terrena de Juan Pablo II fue un digno colofón de quien nos enseñó que el fundamento de la dignidad humana es la imagen de Dios y que el misterio del hombre encuentra en la redención obrada por Cristo Misericordioso su plena inteligibilidad, tanto es así que -dijo una vez- ‘el estupor respecto a la dignidad del hombre se llama Evangelio’”.
* Obispo Mario Poli (Santa Rosa): “Los jóvenes reciban de su obispo palabras de aliento y ánimo en la búsqueda de su vocación y misión en la Iglesia y en el mundo recordando al beato Juan Pablo II: ‘No tengan miedo, abran las puertas a Cristo’. Sí, queridos jóvenes, abran las puertas de sus corazones a Jesús, porque encontrarse con Él es lo mejor que les puede pasar. La vida de ustedes tiene un valor infinito a los ojos de Dios que los ama. Acudan a José y pidan su paternal auxilio y amistad. Déjense atraer por el amor de Dios como lo hizo José, para que puedan gustar de la alegría de pertenecerle.


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