sábado, 27 de julio de 2013

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Evangelio según San Lucas 11,1-13.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".

"Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
Aprender a orar es como aprender a hablar, se aprende por imitación. Pero para llegar a grados más elevados de oración se debe, como con el lenguaje, recibir enseñanza personalizada. Jesús, como Juan el Bautista, hará esa tarea con sus discípulos.
Cuando oren, digan: Padre…
Jesús empieza su curso intensivo de oración invitando a sus discípulos a dirigirse a Dios como Padre. La cercanía de Jesús con Dios es tal, que el término usado, Padre, implica trato íntimo, familiar. No es el Padre como autoridad paterna, es el Padre como generador de vida, como “Papá”.
…santificado sea tu Nombre…
Pide Jesús, en primer lugar, que el Nombre del Padre sea “santificado”. La primera búsqueda de un creyente, para Jesús, es el reconocimiento de Dios como Dios. Dejarle a Dios ser Dios es la primera tarea del cristiano. Hay que desmitificar, exorcizar, depurar, la concepción que tenemos sobre Dios. Muchas veces, vemos a Dios como cualquier cosa menos como un Padre. Puede ser para nosotros un Ser extraño, insensible, lejano, sumergido en una burbuja, que nos mira desde arriba como si estuviera viendo una película, tan distante y tan indiferente. Otras, como un empleado detrás de un mostrador, dando para recibir. Entonces hacemos “negocios” con Él, tantas oraciones y sacrificios implican, automáticamente la concesión de tales milagros. ¿No se parece mucho a la superstición y la magia? Otras, Dios es el “Asesino a sueldo”, que muchos tienen o creen tener, ante cualquier circunstancia adversa o de injusticia dicen: “Yo se lo dejo para Dios”, “todo se paga en esta vida”, “a mí Dios me va a hacer justicia”. Es como que Dios tiene que salir corriendo detrás nuestro para vengarnos de lasa ofensas que nuestros enemigos nos hacen.
¡Basta! ¡Leamos la parábola del hijo pródigo! ¡Leamos Juan 8 donde Jesús perdona a la mujer adúltera! ¡Leamos la parábola del buen samaritano! ¡Leamos Mateo 6 donde Jesús insiste en salir de actitudes farisaicas con respecto a Dios y entrar a ser verdaderos hijos en la intimidad con el Padre!
¡Dios es Padre, Papá! ¡Dios busca hijos, no socios, empleados, jefes suyos, clientes, etc.! ¡Hasta que no hagamos esto no será santificado el Nombre del Padre!
…que venga tu Reino…
Las cosas se construyen desde Dios. El “Reino” es “Reino de Dios”, y ha de construirse desde Dios y no desde nosotros. “Que venga tu Reino” es dejarle a Dios que se meta en nuestra vida cotidiana, es orar antes de actuar, es decidir con los criterios de Dios y no con los nuestros, es dejar de construir la torre de Babel (Gén 11) y empezar a dejar que la Jerusalén celestial baje a nosotros (Ap 21).”Venga tu Reino” no es solo un deseo, es una tarea de ser dóciles a Dios, de confiar en nuestro padre celestial y permitirle tener acceso a nuestra vida cotidiana.
Danos cada día nuestro pan cotidiano
La esperanza, segunda de las virtudes teologales, nos llama a permanecer confiados en que nuestro Padre no se olvida de nosotros. Esta oración significa una confianza absoluta en Dios, quien está dispuesto a ser hijo, también está dispuesto a dejar que Dios sea Padre. La esperanza es diaria, necesita una actitud de fe cotidiana, no es una vez para siempre, es todos los días. Esto no quiere decir que por confiar y esperar en Dios nos dejemos estar, nos quedemos de brazos cruzados, como se quejaba Pablo de los tesalonicenses: “El que no quiera trabajar que no coma. Trabajen en paz para ganarse su pan” (2Tes 3, 10.12). El trabajo de cada día es signo del esfuerzo mancomunado entre Dios y nosotros: Dios provee el pan, nosotros nos lo ganamos. Es como si Dios sembrara, cuidara la siembra, le diera crecimiento, y cuando está lista… nos llama a nosotros para cosecharla. El trabajo se da entre ambos, pero Dios es el que da el pan. Es paternidad, no paternalismo.
Perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden…
Perdónate y perdonarás, perdona y serás perdonado. “La medida con que midan se usará para ustedes” (Mt 7, 2b). Esa es la regla de oro: lo que esperamos de los otros, primero lo tenemos que hacer nosotros. Lucas lo tiene claro cuando dice: “porque también nosotros perdonamos”. Dios nos perdona cuando nosotros perdonamos, Dios nos ayuda cuando nosotros ayudamos, etc. Se trata de provocar la ternura de Dios con nuestra ternura, la generosidad de Dios con nuestra generosidad. Es lo que dice San Pablo en otro contexto, el económico, que también se puede aplicar al perdón de las ofensas: “6Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente. 7Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. 8Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras” (2 Cor 9, 6-8)
…y no nos dejes caer en la tentación.

La tentación es una incitación, un estímulo, al mal. De hecho, la tentación siempre estará actuando sobre nuestras zonas erróneas, sobre nuestras debilidades, sobre nuestras sombras. Donde seas frágil, endeble, la tentación te acechará. Observemos que lo que se pide es no “caer”, la tentación siempre está presente y es solamente eso, tentación y no pecado. Supongamos: veo que a mi amigo se le cae dinero, la tentación está en pensar que me puedo quedar con ese dinero, el pecado es quedármelo. Otro caso es el presentado por Mateo (5, 28): “El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”. Fijémonos bien, el pecado no está en mirarla, sino en desearla. “Del dicho al hecho hay un gran trecho”, de la tentación al pecado también. Dios evita el pecado, no la tentación. La tentación es buena, si la sabemos usar, porque nos muestra nuestras zonas débiles y nos ayuda a fortalecerlas. Dependerá de la oración y el esfuerzo de voluntad que tengamos. La tentación nunca ataca donde eres fuerte siempre busca el resquicio, el intersticio, la grieta, en la muralla de amor con la cual Dios cuida la ciudad santa de tu corazón. Ver la tentación, y no caer en ella, significa haber subsanado esa falla, esa hendidura, que te hacía vulnerable. 

domingo, 21 de julio de 2013

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Evangelio según San Lucas 10,38-42. 
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. 
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. 
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". 
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, 
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada"
“TIEMPO DE DECISIONES”

“Recrear en los miembros de la comunidad la capacidad de tomar decisiones, para que, dándole tiempo a las cosas de Dios, elijamos la mejor parte”

38Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.

Como todos sabemos, los evangelios sinópticos muestran a Jesús en camino hacia su pasión en Jerusalén, este aspecto de “camino hacia…” también puede ser entendido en sentido espiritual. En vez de preguntarnos por la locación física de Jesús en ese momento, preguntémonos por su “camino espiritual”. ¿En qué momento espiritual se encuentra Jesús? ¿Por dónde “iban caminando” en las cosas del espíritu?

Este relato, espiritualmente hablando, está situado entre las márgenes de “la parábola del buen samaritano” y “el Padrenuestro”. Son los dos límites “geográficos” del “encuentro de Jesús con Marta y María”. La parábola del buen samaritano nos habla del “prójimo”, el Padre nuestro nos habla de “Dios”, entre medio, las dos actitudes de las hermanas “cristianas”. No es que una sea buena y otra mala, son dos maneras distintas de ser cristiano: amando y sirviendo al prójimo, amando y siguiendo a Dios. “Marta lo recibió”. No podía ser de otra manera, la mujer servicial es Marta.

39Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.

A veces pareciera que el evangelio de Lucas fuera escrito por una mujer, o, tal vez, para la instrucción de mujeres (nos viene bien en nuestras comunidades donde la gran mayoría son del sexo femenino).

María se ha sentado a los pies de Jesús. A sus pies escucha la palabra de Señor. La actitud es propia de los que son discípulos que escuchan al Maestro. Se advierte que Lucas no tiene reparo en presentar a una mujer en actitud de discípulo, que "escuchaba su Palabra". Lo que no deja de sorprender teniendo en cuenta el contexto sociológico del siglo I, donde una mujer no podía ser discípulo de un rabino.

40Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude".

Marta está muy ocupada. Quiere agasajar al Maestro, quiere servir al prójimo. Por eso dispara la pregunta, obvia quizás, desde su perspectiva de servidora fiel. Cuando lo importante, para una persona, es atender a las demás en sus necesidades físicas o corporales, todo lo otro pierde importancia, por lo menos de momento.

Marta parece ser una persona muy voluntariosa y en su afán de servir no repara que cuando dice “Dile que me ayude”, está dándole órdenes al Señor. A veces nos pasa eso, preocupados como estamos por resolver problemas, aliviar situaciones, tener todo a tiempo para un buen servicio, no nos fijamos de nuestras actitudes hacia los demás. Acostumbrados a hacer, terminamos mandando. Ella quiere, como el “buen Samaritano”, “vendar a Jesús”, servirle lo mejor que pueda. En su preocupación por los “quehaceres de la casa” cuestiona a Jesús. “¿No te importa?” viene a significar “vos también estas equivocado”, “dejemos la charla para después, ahora hace falta preparar la comida”. 

41Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,

La respuesta de Jesús lejos de ser una reprimenda es una llamada vocacional. Comparemos con otros llamados de la Biblia: 

Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: "¡Samuel, Samuel!". El respondió: "Habla, porque tu servidor escucha". (1Sm 3, 10)

Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: "¡Moisés, Moisés!". "Aquí estoy", respondió el. (Éx 3, 4)

4Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?". 5El preguntó: "¿Quién eres tú, Señor?". "Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz. 6Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer". (Hch 9, 4-6)

Es obvio que la llamada se da en un contexto de equivocación, como los tres ejemplos bíblicos citados, Marta también está desorientada. Tanta actitud de servicio (como Samuel), tanto “celo” en la tarea (como Pablo), le lleva a actuar equivocadamente. Ella debe salir de la inquietud (Prov. 15, 16: Más vale poco con temor del Señor, que un gran tesoro con inquietud) y la multiplicidad de las cosas para entrar en la paz. Jesús le recuerda lo que el Salmo 42, 6 dice poéticamente: ¿Por que te deprimes, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a él, que es mi salvador y mi Dios.

42y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".

“Una sola es necesaria”. Jesús insiste mucho en eso, incluso sus discípulos lo tendrán en cuenta:

33Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. 34No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. (Mt 6, 33-34)

31Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura. 31No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. (Lc 12, 31-32)

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". (Jn 6, 27)

2Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: "No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. 3Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. (Hch 6, 2-3)

Cuando Jesús dice “María eligió la mejor parte, que no le será quitada” nos hace encontrarnos de golpe con la presencia del “Padre Nuestro”, donde el “danos cada día nuestro pan cotidiano” (Lc 11, 3) muestra que “los que tienen el corazón puro” (Mt 5, 8) (La impureza del corazón significa que la persona está dividida, partida, esto hace que la persona no sea pura, enteramente una: te agitas por muchas cosas decía Jesús en el versículo 41) están eligiendo la mejor parte “que no les será quitada”.

Nosotros también tenemos que optar entre “hacer” o “dejar hacer a Dios”. No creo que María fuese una vaga, dejada, como decimos, me parece más bien que supo “tener tiempo” para elegir la mejor parte y dejar para después lo que no era, en ese momento, esencial. El Salmo 37, 4 nos dice: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón. Esta es la actitud que tuvo María.



Por eso, aunque nuestras ocupaciones sean muchas y variadas, aunque nuestro corazón esté inquieto y se agite por muchas cosas necesarias, sepamos elegir la “mejor parte”, la que no nos será quitada y como el salmista digamos: Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón (Salmo 119, 34). Ese será el único modo de dejar “que venga tu Reino” (Lc 11, 2) a nuestra vida de cada día.

sábado, 13 de julio de 2013

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25-37


En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
- «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo:
- «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó:
- «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo. » 
Él le dijo:
- «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
- «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús dijo:
- «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. 
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: 
-"Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» 
Él contestó:
- «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús:
- «Anda, haz tú lo mismo.»

Palabra del Señor

“SOY PRÓJIMO DE CADA PERSONA QUE SUFRE”


“Motivarnos para ser caritativos y solidarios con los más necesitados; para que, vivamos el mandamiento de Jesús: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

25Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?". La pregunta que hace el maestro de la ley es la pregunta del millón. El camino cristiano es una senda abierta hacia la vida eterna. Y en esa senda hay poco lugar para la teoría. Se trata de “hacer”, y no de “pensar”. Muchos se autodenominan “libre-pensadores”, y se plantean interrogantes, cuestionan a Dios, con argumentos pseudo científicos tratan de contradecir lo que dice la Biblia, todo eso en grandes pensamientos, palabras y más palabras. También están los cristianos que son pura teoría, saben todo, pero viven nada, hablan mucho pero hacen poco, son los que suponen que el saber suplanta al amar. 

26Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?". El Señor no se deja intimidar. A una pregunta responde con otra. ¿Qué está escrito en la ley? Significa: Qué aprendiste, qué te enseñaron. Es como decir: Dejemos que Dios nos diga lo que hay que hacer. Jesús evita la discusión, la teoría, las meras palabras, el bla, bla… Vamos a lo concreto: Dios ya habló, ya dijo lo que hay que hacer, hace falta realizarlo y nada más. 

27El le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo". 28"Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida". El doctor de la ley sigue en la misma, palabras, teoría. Responde bien, pero todavía no alcanza darse cuenta en dónde se está metiendo. El que venía a “poner a prueba”, está a punto de rendir examen. De todas maneras, la respuesta, aún teórica, es acertada. La ley se resume en el amor a Dios y al prójimo. Se trata sólo de eso, de nada más y… ¡de nada menos! El amor no es una idea, es una realidad práctica, concreta, palpable. San Pablo lo expresa en la primera carta a los corintios, capítulo 13, versículos 4 al 7: “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Insistamos: no es pensar, es hacer.

29Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?". A nadie le gusta perder, pero a este “doctor de la ley”, parece que menos. Quiere justificarse porque ha quedado mal parado. Su insistencia nos servirá para aprender de Jesús una de las lecciones más hermosas que nos puede dar. La parábola del buen samaritano es una enseñanza formidable sobre cómo debe ser nuestro comportamiento con cualquier persona, conocida o no, que está sufriendo una situación difícil para su vida. 

33Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. 34Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. ¿Quién es un “samaritano”? Nos dice el Comentario Bíblico Latinoamericano, pág. 542: 

Entonces entra en escena un samaritano, enemigo de los judíos (Eclo 50, 25-26; Jn 4, 9; 8, 48; Mt 10, 5, etc.). En 2 Re 17, 24-41 el origen de lo samaritanos se explica por la migración forzada de cinco grupos paganos, que se establecieron en Samaría y la contaminación con sus costumbres paganas. Los samaritanos rendían culto a Dios en lo alto del monte Garizim, mientras que los israelitas lo hacían en Jerusalén. Como palabra de Dios aceptaban solo el Pentateuco. En la parábola de Jesús, el que posee el secreto de la vida eterna resulta ser este extranjero, cuya religión no era tan perfecta ni tan pura como la de los sacerdotes de Jerusalén. Él actúa movido por la compasión, sin preocuparse de la Ley; un amor es desinteresado, personal y eficaz. 

Fijémonos, en detalle, cómo hace el samaritano al hombre “medio muerto”. El movimiento del samaritano se realiza en cuatro pasos: 
Ver: No se puede actuar sobre la realidad si no la captamos. Ver es el primero paso que tenemos que dar para amar, como nos dice la primera carta de Juan en el capítulo 4, versículo 20: “¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?”. Ver la necesidad del otro, su carencia es lo primero. En Caná de Galilea María supo ver (cf. Jn 2, 3) cuando Jesús no quería hacerlo. 
Conmoverse: el que se conmueve deja que sus sentimientos se muevan al ritmo de los del otro. Me mueve tu dolor, me duele tu sufrimiento, me hace sufrir tu pena, me da pena tu dolor. Jesús se conmovió por el dolor ajeno (ver Lc 7, 13; Mc 1, 41; Mc 6, 34; Mt 20, 34) y nos enseña a hacer lo mismo. El que se conmueve y se compadece se pone en el lugar de los demás, el dolor del otro ya no es ajeno, sino propio. 
Acercarse: de nada sirve ver y conmoverse si no nos acercamos. Un amor lejano es ineficaz. En palabras de Manson: “Mientras que la mera cercanía no crea el amor, el amor crea la cercanía”. Ya cuando nos acercamos estamos movidos por el amor. No nos acercaríamos si no fuera por que estamos amando. Los que se aman quieren estar cerca, abrazados. Mi amor se acerca y abraza al amado para consolar, sostener, ayudar, cobijar, resguardar, proteger y amparar. 
Actuar: “vendó sus heridas… después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo”. La acción que describe Jesús es una obra maestra del amor. Ojalá todos nosotros actuáramos de la misma manera con quienes nos necesitan, sean conocidos o no. Culmina Jesús diciendo que “se encargó de cuidarlo”, es un amor personalizado, no traslada a otros la tarea de servir, se encarga personalmente, sin delegaciones, de amar al necesitado. Es una caridad personal y personalizante, sin intermediarios ni mediaciones, lo más cercana posible… Es, “de mí para ti”. 

35Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver'. Fíjate cristiano lo que el Señor te enseña. “Al día siguiente” el Señor sigue llamando (Jn 1, 43), “al día siguiente” (Jn 6, 22 y siguientes) sigue enseñando. “Al día siguiente” tiene el sentido de una nueva creación (Gn 1, 5) es una resurrección desde las sombras de la muerte (Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). El día siguiente significa “no te desentiendas ni te detengas”, la caridad no es una buena acción, es un modo de vivir, es dar los frutos de lo que somos (Mt 7, 20; Lc 6, 43). 

36¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?". Jesús invierte la pregunta del doctor de la Ley. El preguntaba: “¿Quién es mi prójimo?”, Jesús pregunta: “¿De quién soy yo prójimo?”. Si entendemos que prójimo es el que está próximo, la gran revolución copernicana de Jesús es hacernos dar cuenta que nosotros no somos el sol alrededor el cual giran todos los planetas. No es que me tienen que venir a buscar si tienen problemas. El sol es siempre el que necesita, el pobre, el afligido, el abandonado. Los demás debemos girar alrededor de la necesidad ajena. ¡No es esperar a que me llamen, es ir a ver que necesitan! Un cristianismo fácil nos lleva a ayudar si nos lo piden. Un cristianismo serio y honesto nos lleva a ofrecer ayuda cuando vemos que el otro necesita. No se trata de ser metidos, se busca ser prudentemente serviciales, que es otra cosa muy distinta.



37"El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera". Para Jesús no hay medias tintas. O se hace lo que se piensa o no sirve. Ser cristiano es ser práctico, ser concreto. No hay nada más desagradable que ver a un cristiano que solo piensa y no hace, que está lleno de especulaciones y vacío de obras. “El que no vive como piensa, termina pensando como vive”, nos dice el refrán popular: si no somos capaces de obrar como pensamos terminaremos en una nube densamente vacía que nos impedirá ver el rumbo que debe tener nuestra vida.

lunes, 8 de julio de 2013

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO (7/7/13)

Texto del Evangelio 

(Lc 10,1-12.17-20): En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. 

»Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: ‘Está cerca de vosotros el Reino de Dios’. Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: ‘Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios’. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo». 

Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

“ENVIADOS A LA MISIÓN”

1Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. 

Esta designación significa que Jesús no quiere quedarse con un pequeño grupo de elegidos, los doce. Busca más misioneros para predicar la Palabra. En la Iglesia de hoy también es necesario que entre todos asumamos la tarea de predicar. Ya no son sólo los sacerdotes y las religiosas, los miembros de algún grupo misionero de la parroquia, quienes tienen la tarea de enseñar la Palabra de Dios a los que no la conocen. Los “72” somos todos. Todo buen cristiano es también miembro de los “72”, es también misionero.

2Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. 

Jesús da las razones para la misión. El trabajo es mucho, es abundante. Llama la atención de que Jesús habla de cosecha y no de siembra, es como si Dios ya hubiese sembrado y cuidado la semilla de la Palabra en los corazones de las familias que reciben a los misioneros. Como los trabajadores son pocos (lo fueron, lo son y lo serán), Jesús invita a la oración. El Señor no duda de la capacidad de sus servidores, el Señor sabe que faltan manos para realizar la tarea. No importa tanto lo que sabemos o no de la fe para salir a predicar, sino que lo más importante es que lo hagamos. Jesús es conciente de eso, por eso pide oraciones para que todos nos animemos a ser misioneros. 

3¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. 

Si nos fijamos bien, no es una invitación, es una orden. No es “si le parece”, “si quieren”, “por favor, ¿podrían ir?”, “si tienen tiempo”, es “VAYAN”, es un imperativo, un mandato, una orden. Nos toca a todos. De todas maneras, Jesús nos advierte que la tarea no es fácil. Salir a misionar es ser una oveja en medio de lobos. Quien obedece el mandato de Jesús sabe que, sí o sí, va a tener problemas, rechazos, insultos, intolerancia, maltratos, críticas. 

4No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. 

El misionero que predica a Jesús va desprovisto de todo. Al contrario de este mundo globalizado, tecnificado, movido por el poder y el dinero, que todo lo compra, que todo lo usa y luego lo tira; Jesús nos invita a llevar… “NADA”. No tener dinero, alforja, calzado, significa confiar plenamente en Dios. Para misionar no hace falta el dinero, ni los medios que este da, hace falta tener fe, ganas y ser dóciles al Espíritu Santo. Con eso basta y sobra. Cuando Jesús dice “no se detengan a saludar a nadie por el camino”, está mostrándonos el apuro que Dios que tiene en que salgamos a misionar. No es mañana, es hoy, es ¡ya! No detenernos significa dejar de lado nuestras lentitudes, comodidades, miedos, timideces e inseguridades. Hoy es el tiempo de evangelizar. 

5Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'. 

La palabra paz para Jesús significa mucho más que para nosotros, es “Shalom”: Paz, bendición, prosperidad, armonía, bienestar. No es sólo un deseo, es una realidad. El solo hecho de que en una casa, una familia reciba a los misioneros y con ellos a la Palabra de Dios, hace que esa familia sea bendecida, plenificada con la gracia divina. Misionero, cuando llevas el mensaje de la fe casa por casa, hogar por hogar, estás llevando paz, bendición, prosperidad, armonía y bienestar divinos a esas familias. No es tu presencia, es Dios mismo que a través tuyo llega a esas casas.

17Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre". 

Eso es lo que produce misionar: Gozo. Como todo lo que se hace con amor, con generosidad, con entrega, la tarea misionera produce el fruto de la alegría y el gozo en el que predica la Palabra, como nos dice el libro de los hechos de los Apóstoles: “La felicidad está más en dar que en recibir” (Hch 20, 35). Si no volvemos con gozo de misionar es que no entregamos todo lo mejor de nosotros. Aunque nos vaya “mal”, aunque las cosas no salgan, si dimos todo, volveremos con gozo. Cuando los discípulos le dicen a Jesús que “hasta los demonios se nos someten en tu Nombre” el responde en los versículos 18 y 19 que nada puede dañar al que predica la Palabra de Dios en su Santo Nombre. “Nada podrá dañarlos” nos da la seguridad que Dios está cuidando a los que, en su Nombre, levantan la cosecha. ¡Salgamos sin miedo a predicar, que Dios está de nuestro lado!

20No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".

La alegría más perfecta del cristiano no es el “éxito” de la tarea, no es la “victoria” sobre las fuerzas de la oscuridad; lo más gozoso para los creyentes es que “sus nombres estén escritos en el cielo”. Con estas palabras Jesús da garantías de que nos tiene en cuenta. Que tu nombre esté escrito en el cielo significa que Dios valora tu docilidad y te tiene presente como uno de los suyos. Somos los amigos de Dios y el cielo es nuestra casa.

martes, 2 de julio de 2013

FELIZ SEMANA DE LA DULZURA ( CAMBIO UN DULCE X UN BESO)

Que en esta semana, la dulzura se manifieste en lo que es: calidad de dulce, suavidad, deleite, afabilidad, bondad, docilidad, palabra cariñosa, placentera...................... "QUE SIRVA PARA CAMBIAR CORAZONES AMARGADOS", EJEJEJ

lunes, 1 de julio de 2013

¡HEMOS CUMPLIDO EL 4º ANIVERSARIO DEL BLOG! …

¡¡Cómo pasa el tiempo!! Parece mentira que hayan pasado ya cuatro años desde que me senté delante del ordenador y decidí empezar un blog. Han sido cuatro años absolutamente increíbles, en los que mi vida ha dado la vuelta completamente, algo de lo que el blog tiene sin duda una buena parte de “culpa”…  y sobre todo, vuestro apoyo
Recuerdo cómo empezó todo como si fuera ayer. A  ustedes gracias mil!!! porque por estar, entrar y ser parte de este proyecto que se dio por curiosidad, para aprender a hacer algo nuevo. y con el objetivo de Evangelizar y mostrar mi otro yo.
UN ABRAZO INFINITO AMIGOS Y SEGUIDORES DE MI BLOG!!!!!!!!!! Y PARA USTEDES  VAYA UN...