Tú has silenciado forzadamente el ruido que todos hemos
creado a nuestro alrededor.
Tú nos has hecho doblar rodillas y pedir milagros.
Tú cerraste Tus Iglesias para que nos demos cuenta de cuán
oscuro es nuestro mundo sin Ti en él.
Tú humillaste a los orgullosos y poderosos.
La economía se
está derrumbando, las empresas están cerrando.
Hemos estado muy
orgullosos pensando que todo lo que tenemos, todo lo que poseemos, ha sido el
resultado de nuestro arduo trabajo.
Hemos olvidado
que ha sido Tu gracia, Tu misericordia, la que nos hizo quienes somos y nos ha
dado todo lo que tenemos.
Estamos dando
vueltas en círculos en busca de alguna cura para esta enfermedad, cuando de
hecho necesitamos humillarnos y pedir orientación y sabiduría sólo a Ti.
Hemos estado
viviendo nuestras vidas como si estuviéramos aquí en la Tierra para siempre,
como si no existieran ni el Cielo, ni el Purgatorio ni el Infierno.
Tal vez este virus
es en realidad Tu forma de purificarnos y limpiar nuestras almas,
devolviendonos a Ti.
Hoy, mientras
estas palabras viajan por el internet, que todos los que las vean unan sus
corazones y manos en oración pidiendo perdón, pidiendo curación y protección
contra este virus, pero sobre todo pidiendo que se haga Tu Santa y Divina Voluntad y no la nuestra.
DIOS ¡te suplicamos,
líbranos de todo mal en la Tierra si es Tu voluntad!
Padre, Tú has estado esperando
pacientemente que volvamos nuestros rostros hacia Ti, que nos arrepintamos de
nuestros pecados. ¡Lamentamos ignorar Tu voz!
De manera egoísta, a veces hemos olvidado que Tú eres DIOS!! ¡Señor, no
soy digno de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme!
Tú, Señor sólo necesitas decir la Palabra y nuestras almas
serán sanadas.
¡Te pedimos a
Ti sanación y liberación en el Nombre de Jesús!. Por los méritos infinitos
de Su Sacratísimo Corazón y del Corazón Doloroso e Inmaculado de María. Amén.
Papa Francisco
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