jueves, 1 de octubre de 2009

REFLEXIÒN DEL EVANGELIO DE LC 10,1-12

Neh 8,1-4a.5-6.7b-12: “Hoy es un día consagrado a nuestro Dios”
Sal 18: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Lc 10,1-12: “La cosecha es abundante; los trabajadores, pocos”
Como siguiendo el ejemplo de los setenta y dos consejeros que el Espíritu suscitó en el desierto para consolidar la obra de Moisés (Nm 11,16-30), los nuevos Setenta y Dos nombrados por Jesús se aprestan para encarar la ardua tarea de anunciar la Buena Noticia a los pobres (Lc 4,16ss).
La misión es difícil y Jesús no les oculta ni minimiza los grandes peligros( v. 3). La primera gran dificultad es la enormidad del desafío. Las tareas son colosales, pero los que se comprometen a realizarlas son muy pocos (v.2). La comunidad de seguidores, por grande que sea, es insignificante con respecto al campo de trabajo. Sólo la originalidad, el empeño y la firmeza de convicciones les pueden sostener. La segunda dificultad se refiere a las dificultades culturales o ambientales. Jesús sabe que su propuesta va en contra de la corriente. Los valores del reino desafían los seudovalores imperantes en la sociedad y pueden generar agudos conflictos. El reto de la comunidad cristiana es enorme, y para abordarlo se necesita la astucia de las serpientes y la sencillez de la paloma.

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