miércoles, 7 de octubre de 2009

REFLEXIÒN DEL EVANGELIO DE Lc,11,1-4


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Leer el comentario del Evangelio por :Una homilía del siglo V atribuida erróneamente a san Juan Crisóstomo nº 6, sobre la oración
«Enséñanos a orar»
El bien supremo es la oración, la conversación familiar con Dios. Ésta es la relación que tenemos con Dios y la unión con él. Igual que los ojos del cuerpo quedan iluminados al ver la luz, asimismo el alma que tiende hacia Dios queda iluminada por su inefable luz. La oración no es efecto de una actitud exterior sino que viene del corazón. No queda reducida a unas horas o a momentos determinados sino que es una actividad continua, tanto de día como de noche. No nos contentemos orientando nuestro pensamiento a Dios durante el tiempo dedicado exclusivamente a la oración, sino que cuando otras ocupaciones nos absorben –como son el cuidado de los pobres o cualquier otra ocupación dirigida a una obra buena y útil- es importante mantener al mismo tiempo el deseo y el recuerdo de Dios, a fin de ofrecer al Señor del universo un alimento muy suave, sazonado con la sal del amor de Dios. Podemos sacar de ahí una gran ventaja para toda la vida si consagramos a ella buena parte de nuestro tiempo.
La oración es la luz del alma, el verdadero conocimiento de Dios, la mediación entre Dios y los hombres. A través de ella el alma se eleva hacia el cielo y abraza al Señor con un abrazo inexpresable. Como un niño de pecho hace con su madre, el alma llama a Dios llorando, hambrienta de la leche divina. Expresa sus deseos más profundos y recibe regalos que sobrepasan todo lo que se puede ver en la naturaleza. La oración con la cual nos presentamos con respeto delante de Dios, es gozo para el corazón y descanso del alma.


EVANGELIO 26-10-09: Lucas13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla Jesús, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado.
Replicóle el Señor: ¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
Reflexión
Todos nos maravillamos de los milagros que realizaba Jesús. ¡Y cuántas veces le hemos pedido la curación de alguna enfermedad, nuestra o de alguna persona a la que queremos!
Sin duda, las enfermedades de aquella época eran difíciles de curar. No contaban con los medios actuales de diagnosis y terapias. No había salas de operaciones con la higiene que conocemos hoy, ni ecografías, ni vacunas, ni anestesias locales. Todo eso ha venido con el progreso técnico, médico y farmacológico.
Parece como si Dios hubiera dejado en manos de los médicos el cuidado del cuerpo para poder dedicar a los sacerdotes, sus más íntimos colaboradores, a la tarea más importante: el cuidado espiritual. Es increíble recuperar la vida de gracia y de intimidad con Dios. Es maravilloso ver nacer a Cristo cada día en la Eucaristía.
Porque la vida espiritual, aunque esté oculta a los ojos, tiene una dimensión infinitamente superior a las acciones puramente materiales. Por ejemplo, un acto de caridad hecho por amor a Dios embellece al alma de tal manera que nos quedaríamos extasiados si pudiéramos contemplarla. Es impresionante lo que realizan en nosotros los sacramentos. Porque recibimos gracias especiales de Dios. Sin embargo, tenemos que reconocer que estamos sujetos a las realidades de la tierra y que no podemos percibir nuestra transformación en el mundo espiritual. Pero si tenemos fe, y perseveramos hasta el final, un día podremos ver con claridad, sin misterios, la grandeza de cada alma humana.


EVANGELIO DEL DIA 27-10-09
Lc 13, 18-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas". Dijo también: "¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".


Palabra del Señor.

Comentario
Jesús es un gran observador de la realidad. Y en las cosas pequeñas puede ver la acción y la energía transformadora del Reino de Dios. El granito de mostaza y el puñado de levadura parecen algo insignificante. Y sin embargo, llevan dentro toda la fuerza del crecimiento. Así es el Reino de Dios, que está actuando tan escondido y silencioso que necesitamos agudizar la mirada, como Jesús, para descubrir sus signos.



Evangelio según San Lucas 6,12-19.  (28-10-09)

En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
San Simón y San Judas, apóstoles - Fiesta : Lc 6,12-19

Comentario del Evangelio por Concilio Vaticano II Constitución dogmática sobre la Iglesia « Lumen gentium », § 24-25
«Había allí... una muchedumbre venida de toda Judea, de Jerusalén, de Tiro y de Sidón, que habían llegado para escucharle»
Los Obispos, en su calidad de sucesores de los Apóstoles, reciben del Señor a quien se ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, la misión de enseñar a todas las gentes y de predi¬car el Evangelio a toda criatura, a fin de que todos los hombres logren la salvación por medio de la fe, el bautismo y el cumpli¬miento de los mandamientos
Para el desempeño de esta misión, Cristo Señor prometió a sus Apóstoles el Espíritu Santo, a quien envió de hecho el día de Pentecostés desde el cielo para que, confortados con su virtud, fuesen sus testigos hasta los confines de la tierra ante las gentes, pueblos y reyes
Este encargo que el Señor confió a los pastores de su pueblo es un verdadero servicio, y en la Sagrada Escritura se llama muy significativamente "diakonía", o sea ministerio...
Entre los oficios principales de los Obispos se destaca la predicación del Evangelio. Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maes¬tros auténticos, es decir, herederos de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de creerse y ha de aplicarse a la vida, la ilustran con la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación las cosas nuevas y las cosas viejas, la hacen fructificar y con vigilancia apartan de la grey los errores que la amenazan
Los Obispos, cuando enseñan en comunión por el Romano Pontí¬fice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte tienen obliga¬ción de aceptar y adherirse con religiosa sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres cuando él la expone en nombre de Cristo.
(Referencias bíblicas: Mt 28,18-20; Mc 16,15-16; Ac 1,8; 2,1s; 9,15; 1,17.25; Mt 13,52)


Evangelio según San Lucas 13,31-35. ( 29-10-09)

En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte".
El les respondió: "Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!".
Comentario del Evangelio por San Jerónimo (347-420), presbítero, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia Carta 58, 2-4 ; PL 22, 580-582
« La Jerusalén de arriba es libre; esa es nuestra madre » (Ga 4,26)
No nos debemos felicitar por haber estado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en ella. La ciudad que debemos buscar no es la que mató a los profetas y derramado la sangre de Cristo, sino la que pone en alborozo un río impetuoso, la que, construida sobre un monte, no puede quedar escondida, aquella que el apóstol Pablo proclama la madre de los santos y en la que él mismo se alegra de residir juntamente con los justos (Sl 45,5; Mt 5,14; Ga 4,26)... No me atrevería a limitar el poder ilimitado de Dios, a quien el mismo cielo no puede contener, a un lugar determinado o a confinarlo a un pequeño rincón de la tierra. Cada creyente es apreciado según el mérito de su fe y no por el lugar en que habita; y los verdaderos adoradores no tienen necesidad ni de Jerusalén ni de Garizim para adorar al Padre, porque «Dios es espíritu» y sus adoradores deben «adorarlo en esíritu y en verdad» (Jn 4,21-23). Y tambien, «el Espíritu sopla donde quiere» (Jn 3,8) y «del Señor es la tierra y cuanto la llena» (Sl 23,1)...
Los santos lugares de la cruz y la resurrección sólo son útiles a los que llevan su cruz, resucitan con Cristo cada día y dan muestras de ser dignos de habitar en tales sitios. En cuanto a los que dicen «El Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor» (Jr 7,4), que escuchen esta palabra del apóstol: «Vosotros sois el templo de Dios si el Espíritu de Dios habita en vosotros» (1Co 3,16)...
No creas, pues, que le falta algo a tu fe si no has visto Jerusalén y no creas que yo soy mejor por el hecho de vivir en este lugar. Sino que aquí o donde sea recibirás la recompensa según sean tus obras delante de Dios.



EVANGELIO 30-10-09

Lc 14, 1-6
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido sanar en sábado o no?". Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?". A esto no pudieron responder nada.
Palabra del Señor.
Comentario
Parece que Jesús estuviera provocando a sus anfitriones. Lo ha invitado un fariseo, y justamente ahí, quiere cuestionar la ley farisea. Con estas acciones tan desafiantes es que Jesús quiere cambiar las mentalidades y los corazones. Sobre todo, lograr que las mentes y los corazones se enfoquen hacia los enfermos y los necesitados; ellos deben ser los primeros beneficiarios de cualquier norma religiosa o social. Si Jesús entrara hoy en alguna de nuestras reuniones, ¿qué haría?
 


EVANGELIO 31-10-09

Lc 14, 1. 7-11
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: "Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio', y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien delante de todos los invita dos. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado".
Palabra del Señor.
Comentario
¡Qué tendencia tan humana! Querer el primer lugar, ser destacado, reconocido, figurar... En nuestros tiempos, esto está llevado al extremo, cuando vemos que hay gente capaz de cualquier cosa con tal de salir por la televisión y hacerse famosa. Aunque queramos permanecer ajenos a todo eso, ese exitismo se nos contagia, y también nosotros podemos correr el riesgo de caer en la búsqueda de exhibición, queriendo siempre mostrar y resaltar lo que hacemos.

EVANGELIO 1-11-09

Mt 4, 25-5, 12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Seguían a Jesús grandes multitudes, que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron".
Palabra del Señor.
Comentario
A veces planteamos la santidad como una condición reservada a personas extraordinarias. Pero estas bienaventuranzas, Jesús no las dirige a un grupo selecto, sino a la muchedumbre que lo seguía. Todos los que seguimos a Jesús estamos llamados a vivir el espíritu de las bienaventuranzas. Y así adelantar ya hoy, en nuestro mundo, el Reino de los Cielos.



EVANGELIO 2-11-09

Lc 24, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día'". Y las mujeres recordaron sus palabras.
Palabra del Señor.
Comentario
"¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?". Quizá pueda ser ésta la respuesta al dolor frente a la muerte. Aquellos que han muerto han llegado al final de su camino. Es preciso "dejarlos ir", y mantener su recuerdo en nuestro corazón, pero sin atarnos a su muerte. Quien ha partido, seguirá, de algún modo, en nuestra vida. Pero nosotros también debemos seguir nuestras propias vidas, con el dolor, con el duelo necesario, pero con la esperanza en aquel encuentro eterno. No podemos "morir con nuestros muertos", sino caminar con ellos por el camino de la vida.

EVANGELIO 03-11-09

Lc 14, 1. 15-24
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Uno de los invitados le dijo: "¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!". Jesús le respondió: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: 'Vengan, todo está preparado'. Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: 'Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes'. El segundo dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes'. Y un tercero respondió: 'Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir'. A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y éste, irritado, le dijo: 'Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos'. Volvió el sirviente y dijo: 'Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar'. El señor le respondió: 'Ve a los caminos y a lo largo de los cercados, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena'".
Palabra del Señor.
Comentario
¿Quién rechazaría la invitación a una buena fiesta? En esta parábola, hay varios personajes con suficientes excusas para no ir al banquete. En cambio, los pobres, los enfermos, los que nadie invita, participan ¡gratis! de esta gran fiesta. Ésta es la invitación del Reino de Dios, las puertas están abiertas. ¿Preferimos quedarnos afuera?


EVANGELIO 4-11-09

Lc 14, 25-33
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: "Éste comenzó a edificar y no pudo terminar". ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo.

Palabra del Señor.

Comentario
"Las riquezas pueden impedir el seguimiento de Jesús y la entrada en la vida eterna. La gran tentación de las discípulas y de los discípulos de Jesús es creer que están realmente siguiéndolo, mientras permanecen ligados a las riquezas y las utilizan, igual que los fariseos, para demostrar su poder y su prestigio personal. Seguir al Dios verdadero es poner su proyecto en el centro de nuestras preocupaciones, como el tesoro mayor, porque donde esté nuestro tesoro, ahí estará nuestro corazón" (F. Pimentel Torres, Evangelio de Lucas, Ribla nro. 44).


EVANGELIO 5-11-09  Lc 15, 1-10
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido'. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido'. Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".


Palabra del Señor.

Comentario
Imaginemos que Jesús vuelve a la tierra y elige algunas casas para ir a comer. Y esas casas no sean las de buenas catequistas, o un colaborador de la iglesia, o un sacerdote, sino las casas de coimeros y estafadores. ¿Cuál sería nuestra reacción? Tal vez Jesús tenga que contarnos también a nosotros estas parábolas.


EVANGELIO DEL DIA 8-11-09

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Trigésimosegundo Domingo del Tiempo Ordinario


Hoy la Iglesia celebra : Los Cuatros Santos Coronados,  San Adeodato,  Beata Isabel de la Trinidad,  Beato Franz Jägerstätter,  Beata María Crocifissa,  Nuestra Señora de los Treinta y tres

Ver el comentario abajo, o clic en el titulo
San Anselmo : «Ella lo ha dado todo»


Evangelio según San Marcos 12,38-44.

Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad". Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Anselmo (1033-1109), monje, obispo, doctor de la Iglesia Carta 112 a Hugo, el recluso




«Ella lo ha dado todo»


     En el Reino de los cielos, todos juntos, y como un solo hombre, serán un solo rey con Dios, porque todos querrán una única cosa y se cumplirá su voluntad. Este es el bien que, desde lo alto del cielo, Dios declara poner a la venta.

     Si alguien se pregunta a qué precio, la respuesta es la siguiente: no tiene necesidad de moneda terrestre el que ofrece un Reino en el cielo. Nadie puede dar a Dios lo que ya le pertenece, puesto que es suyo todo lo que existe. Y sin embargo, Dios no da a nadie una cosa tan grande sin que se ponga algún precio por ella: no da nada al que no aprecia lo que da. En efecto, nadie da lo que ama al que no pone precio a lo que se da. Entonces, si Dios no tiene necesidad de tus bienes, tampoco te dará una cosa tan grande si tú menosprecias amarle: no pide más que amor, y sin él nada le obliga a dar. Ama, pues, y recibirás el Reino. Ama, y lo poseerás... Ama, pues, a Dios más que a ti mismo, y empiezas ya a tener lo que quieres poseer en el cielo.


EVANGELIO DEL DIA

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 15 Noviembre 2009
Trigésimotercero Domingo del Tiempo Ordinario
Hoy la Iglesia celebra : San Alberto Magno
Evangelio según San Marcos 13,24-32.

En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Comentario del Evangelio por : Cardenal John Henry Newman (1801.1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo.
«El mundo invisible (La Palabra)PPS, IV, 13
El ejemplo de la higuera
Una sola vez al año, pero, ciertamente una vez, el mundo que vemos, hace estallar sus fuerzas secretas y, en cierta manera, él mismo revela qué es. Entonces, aparecen las hojas, los árboles frutales y las flores se abren, crecen la hierba y el trigo. De repente de percibe un impulso y un estallido de la vida escondida que Dios ha puesto en el mundo material. Pues bien, esto nos sirve como un ejemplo de lo que el mundo es capaz siguiendo el mandato del Señor. Esta tierra... un día estallará en un mundo nuevo de luz y de gloria en la cual veremos a los santos y a los ángeles. Sin la experiencia que se ha tenido de lo que ha sido una primavera precedente, ¿quién podría pensar, quién podría concebir dos o tres meses antes cuando el rostro de la naturaleza parecía muerta, que podía llegar a ser tan espléndida y tan variada?...
Lo mismo ocurre con esta primavera eterna que esperan todos los cristianos; llegará aunque se demore. Esperémosla, porque «ciertamente vendrá y no tardará» (Hb 10,37). Por eso decimos cada día: «¡Venga a nosotros tu reino!» Que quiere decir: «Resplandece Señor, tú que te sientas sobre querubines. Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve» (cf Sl 79,2-3).
 

EVANGELIO DGO 22-11.09  Jn 18, 33-37
Pilato llamó a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Jesús le respondió: "¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?". Pilato replicó: "¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?". Jesús respondió: "Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí". Pilato le dijo: "¿Entonces tú eres rey?". Jesús respondió: "Tú lo dices: Yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz".



 22 de noviembre de 2009

El reinado de Cristo, es justicia y paz
Después del diálogo con el sumo sacerdote, llevaron a Jesús al pretorio, que era el tribunal de los romanos en Jerusalén. Allí estaba Pilato, que era el representante oficial del emperador romano.
Este traslado se explica porque las autoridades religiosas judías en esa época no podían condenar a muerte a nadie; los romanos lo prohibían para evitar problemas. Ellos permitían a los judíos tener su culto y practicar sus leyes religiosas, pero nunca condenar a muerte. Eso sólo podía ser decidido por el representante del emperador romano, que en aquel momento era Pilato.
Las autoridades judías y sus seguidores buscaron la condena de Jesús acusándolo de ser un revolucionario político contrario al emperador romano, que quería expulsar a los romanos y hacerse rey.
Y Jesús se declara rey, pero no de este mundo, sino de ese mundo sobrenatural que se mete entre nosotros y reina invisiblemente en nuestros corazones. Así Jesús aparece como un rey que no gobierna con armas y soldados, sino con un poder distinto, de otro nivel (18, 36).
Su poder es la verdad que él trae, la revelación (18, 37). Él reina en la humanidad haciendo entrar en el corazón del hombre la luz divina, manifestando al hombre el verdadero rostro de Dios y su auténtico destino. Pero Pilato, que no es capaz de descubrir el alcance de las palabras de Jesús, pregunta: ¿Qué es la verdad? (18, 38).
También nosotros estamos invitados a aceptar el señorío de Jesús, su reinado en nuestras vidas. Pero muchos de nosotros, que aceptamos a Jesús como amigo, lo rechazamos como rey; es decir, preferimos que sean otras cosas las que dominen nuestra vida. Preferimos darle el cetro a otros poderes: el dinero, el prestigio, la apariencia social, etc. Olvidamos que, sólo cuando reina Jesús en nuestras vidas, entonces sí pueden reinar la paz, la verdadera esperanza, la auténtica alegría.



P. Víctor M. Fernández

DOMINGO 22 - Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. (S). Blanco.

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el papa Pío XI el 11 de marzo de 1925. Posteriormente se movió la fecha de la celebración para un nuevo sentido. Con la fiesta de Cristo Rey, se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatólogico, pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo, hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía.
Palabra del Señor.



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