viernes, 18 de abril de 2014

CONTEMPLEMOS A CRISTO CRUCIFICADO ( Viernes Santo)

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.........
Hermanos, contemplemos a Jesús en la cruz. a EL.......
Que es el Rey de Reyes.
Que es el Señor de los señores.
Que nació en un establo, llamado pesebre, entre medio de estiércol y olores nauseabundos, porque había animales.
Que se humilló haciéndose hombre, semejantes a nosotros.
Que tiene una condición humana y divina.
Que es el camino, la verdad y la vida.
Que es la luz del mundo.
Que es el pastor, el médico, el maestro.
Que nos hizo a su imagen y semejanza..
Que lloró sangre.
Que sintió la soledad, el abandono, el dolor, la tristeza.
Que es el Hijo de Dios.
Que dijo a su Padre: " Padre, si es posible aparta de mi este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya.
Que nos acepto como hermanos, tal como somos, tal cual soy.
Que dijo SÍ al Padre para salvarnos.
Que se jugó por nosotros, hasta muerte de cruz. hasta morir en la cruz.
Que es nuestro único amigo, el amigo fiel, el amigo que no falla.
Que nos dejó su madre.
Que nos dio a conocer, quien es Dios y su voluntad.
Que se manifiesta en cada momento.
Que es el cordero inmolado, que lava con su sangre los pecadas del mundo.
Que nos eligió para hacer crecer su Iglesia y ser su cuerpo.
Que es incondicional a todo lo que nos da.
Que está cuando necesitamos a alguien.
Que pasó haciendo el bien por este mundo, y sin embargo tiene una corona de espinas, llagas en su cuerpo, clavos en sus pies y manos, su cuerpo desnudo bañado de su sangre.
Está en una cruz que lleva el peso de nuestros pecados, de nuestras faltas.
CONTEMPLEMOS SU ROSTRO, con esos ojos cerrados que aún te ven con amor, que refleja la tristeza  por la soledad, que llora por el dolor pero no deja de amar.
CONTEMPLEMOS SU  CORONA DE ESPINA,que daña su cabeza, que duele, aquella cabeza inclinada, que a pesar del dolor, presta sus oídos para escucharnos y  le hablemos.
CONTEMPLEMOS SUS MANOS, BRAZOS Y PIERNAS, esos brazos, que a pesar del dolor por los clavos, están abiertos a nuestra espera, regreso a su amor por nosotros; esas manos inmóviles que solo sanaron, bendijeron, consolaron, perdonaron, hicieron milagros, que acariciaban y están llenas de amor...
CONTEMPLEMOS SUS PIERNAS, que no se cansaron de andar para hacer el bien, que iban a donde lo necesitaban, esas piernas que solo caminaban por amor.
CONTEMPLEMOS SUS LLAGAS, HERIDAS DE SU CUERPO, esas llagas que arden, sangran, duelen son profundas, que no cicatrizan y que solo El las soporta por el amor que nos tiene.
 CONTEMPLEMOS SU CUERPO, un cuerpo inmaculado, puro, divino, fuerte, que se dejó flagelar, mutilar, quebrar por amor a nosotros.
Jesús, el que nació, creció, se hizo hombre, padeció, murió, el que todo lo puede no quiso hacer nada para librarse de la cruz porque nos ama. ¿ Yo amo a Jesús? quizás sí , quizás no. 
Yo no lo amo, porque no alivio el peso de su cruz,, inco más la espinas de su corona en su cabeza con mis pecados, desamor, egoísmo, miedos......... Porque clavo más los clavos de su manos  y pies con mi  dame Sr pero no me pidas nada, te conozco señor, sé lo que me pides pero quiero hacer la mía.... Porque abro más sus heridas al no jugarme por El, al no ayudar a la Iglesia con lo que me pide, al cerrarme, encerrarme en mi misma/o y a no confiar más en El. al pensar que mi condición humana puede más que su poder, al no cargar mi cruz de cada día, al buscarlo solo cuando lo necesito, como una última posibilidad.....
Pensemos, que hice para poner más peso en su cruz, clavar más su clavos, incar más sus espinas, abrir más sus llagas en la familia, en lo personal, en el grupo, en la Iglesia...... o en otro ámbito. Pensemos si el amor de Jesús, su muestra de amor, merece tanta indiferencia desde nuestra parte. Seguro que no!!!!
por eso pidamos AL  AMOR que nos perdone esa indiferencia... y nos comprometamos ante El,  Y en el silencio del corazón escuchemos que nos dice desde la cruz.....
Con el corazón alegre de haber reconocido a Jesús y sentirnos perdonados y de habernos comprometido demos gracias....." Gracias Señor, porque desde la cruz, desde tu flagelación, desde tu padecimiento, desde tu muerte, y a pesar de nuestra indiferencia tú nos ama y podemos decir que nadie nos ama como tú.... 
                                                                                                                                              SILMAR

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