domingo, 6 de abril de 2014

YO HOMBRE: la importancia de saberse hombre, desde Dios

leemos el SALMO 8,5-10

El universo manifiesta al hombre la grandeza y hermosura de Dios. Pero al hacerse hombre Jesús, ha colocado al ser humano por encima de toda la creación material y recalcando la igualdad fundamental de todos.

Nuestra cultura liberal reconoce solamente a individuos, a “seres humanos” ávidos de gozar de la vida en la medida que se lo permitan su fortuna y su buena salud. Los seres humanos luchan por afirmar su propia identidad y sueñan con ser totalmente independientes. Este salmo recalca la dignidad de la persona humana que se despierta al llamado de Dios y que crece bajo su mirada.

La Biblia, al hablar de los hijos de Adán los considera a la vez como persona y como un todo: Adán, o el hombre, o la humanidad. La cabeza de este ser único es Cristo, quien debe llegar a ser dueño de toda la creación.

Nadie puede construirse a sí mismo si primero no a hallado su misión en el mundo; uno no es nada sin la masa de sus hermanos que luchan, están en el mundo.

Fui creado varón y mujer por Dios, en cuerpo y alma. Soy imagen de Dios porque Dios se toma como modelo, porque somos, soy su rostro y porque mostramos, muestro algo de EL. Soy semejanza de Dios por la inteligencia, la libertad, la voluntad y en la capacidad de amar. Soy el único capaz de conocer a Dios, de amar a Dios, de comunicarme con Dios, de conocer y amar a prójimo. Me parezco Dios al pensar como él, amar como él, al obrar libremente. Soy igual en dignidad y en derecho. Soy dueño y señor de la creación para que la domine y me sirva de ella, para que la transforme y la mejore, y para que organice el mundo y sea feliz. Soy responsable de mi vida propia y de la vida del prójimo, y también de la creación.

EL SER IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS ME LLEVA A VIVIR COMO VERDADEROS HIJOS SUYOS….

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