lunes, 24 de septiembre de 2012

El Herrero y la Fragua


Es la historia de un herrero que se entregó a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida, muy por el contrario, sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.
Un amigo se compadeció de sus sufrimientos y expresó su extrañeza de que, sirviendo tan bien a Dios, sufriera tanto. El herrero contestó: "En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? Primero caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo; enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada; luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta; una sola vez no es suficiente."
El herrero hizo una pausa y continuó: "Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, pero la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que tú esperas de mí."

Respondemos entre todos:
1.    Reconstruimos el relato.
2.    ¿Qué le pasaba al herrero? ¿Qué hacía él con el acero?
3.    ¿Qué sentido tiene el dolor en mi vida?
4.    ¿Alguna vez tuve que hacer un sacrificio por alguien? ¿Cómo me sentí en ese momento? ¿Valió la pena? ¿Por qué?
5.    ¿Qué forma espera Dios conseguir de nosotros?
6.    ¿A qué somos capaces de renunciar por alcanzar lo que queremos? 
Damos ejemplos
  el herrero y la fragua” este soportaba el dolor de su vida para dejar que Dios lo moldeara como él hacía con el acero. Nosotros: ¿Qué soportamos por imitar a Cristo en el servicio al hermano? Podemos contar situaciones vividas por cada uno.

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