jueves, 23 de mayo de 2013

: EL SEÑORIO DE JESUS

JESÚS, MI SEÑOR

En estos días estuvimos experimentando, evidenciado lo que es amor, en particular EL AMOR DE DIOS, también sobre la fe, la conversión, el pecado y la salvación. Son palabras que unos dice que las manejas y vemos que desde la mirada de Dios tiene otro sentido, otro accionar y si no conocimos en su profundidad el sentido de cada palabra, Dios nos dio la gracia de saber lo que es su amor, en que consiste el pecado, los que es la salvación, en el año de la fe, el ser hombres de fe y como Dios en nuestras vidas va realizando un cambio y es lo que llamamos conversión.

Hoy vamos tocar otra palabra y es la de señor, la de señorío.

El sentido o la definición que le damos a la palabra señor es: Tratamiento de respeto y cortesía que se da a una persona adulta: Se usa solo o bien antepuesto al nombre propio y el apellido, al apellido solo o, en ocasiones, a un cargo. 

Título nobiliario, generalmente de origen feudal. 

Persona que es la dueña de una cosa, o que tiene poder o dominio sobre ella, especialmente si se trata de tierras. 

Persona para la que trabaja un criado: hoy los señores no vienen a cenar 

Tratamiento de devoción o respeto con que los fieles cristianos se dirigen a Dios o a Jesucristo. 

NOTA Se escribe con mayúscula inicial. 

Y la palabra señorío lo definimos: Dominio o mando sobre una persona. Lo que no te permite ser feliz es porque todo gira alrededor de uno mismo. kuriotes dominio o mando sobre algo, autoridad, poder, derecho, distinción, elegancia: (Ef 1:19-22) y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, y el señor, el señorío tiene que ver con el reinado. Y hoy conocemos reinos que “gobiernan un país” ej. Inglaterra, Holanda. 

Pero hoy vamos a hablar de un SEÑORIÓ, de un SEÑOR distinto al que conocemos. Y para ello vamos a leer la Palabra. 

CITA BÍBLICA: Filipenses 2:11 “y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”. 

Nos invita a confesar a Jesús como SEÑOR, que nadie calle. Para dar gloria a Dios, es decir, que reconociendo a Jesús cómo Señor glorificamos a Dios…. Pero, porque confesar a JESÚS SEÑOR? 

* Jesús, al tercer día de su ignominiosa muerte en la cruz, fue resucitado por el Poder de Dios, y sentado a su diestra. ¡Jesús está vivo!, gritaba la Iglesia primitiva. ¡Jesús está vivo!, era la Buena Nueva que anunciaban las comunidades cristianas. ¡Jesús está vivo!, es el centro de la vida de la Iglesia. Dios no permitió que su Hijo experimentara la corrupción, al contrario, le exaltó y le glorificó. 

- Le dio el Nombre que está sobre todo nombre: Flp 2,9. 

- Le concedió todo poder en el cielo y en la tierra: Mt 28,13 

- Lo llenó de su Santo Espíritu: Hech 2,33 

- Lo constituyó Señor y Mesías: Hecho 2, 36. 

Sin duda que el culmen de la glorificación es la recepción del Espíritu Santo. Y, con la recepción del Santo Espíritu, se le concedió la más alta investidura de poder en el cielo y en la tierra: Fue constituido SEÑOR. 

Ahora, pensemos que Señor, señoríos tenemos en la vida,…más allá de quienes gobiernan un país: las monarquías constitucionales de Inglaterra, Bélgica o Suecia. Pero también tenemos al dinero, fama, vanagloria, cuerpo, estudios, carreras, personas y objetos, parejas e hijos. Y, la palabra nos dice:” confiesen, que Jesús es el Señor”… y porque Jesús debe ser mi Señor, porque, Jesús mi Señor!!!! 

Por el dominio de Jesús sobre todo el universo extendido de una manera especial y concreta sobre aquellos que creen en su Nombre; sobre cada uno de nosotros. Y cuando es mi Señor? 

Jesús es El Señor, quien decida en todas las áreas de mi vida, y quien gobierne toda mi existencia. El, quien dirija todos los deseos y apetitos, el que tome todas las decisiones de la vida: las grandes y las pequeñas. 

Se trata de proclamar el Señorío de Jesús en todas las áreas de nuestra vida. Esto de ninguna manera anula nuestra personalidad o capacidad de decisión. Todo lo contrario. Se trata de hacer precisamente la decisión fundamental de que en adelante, sea Jesús quien tome todas las decisiones de la vida. 

. Para que Jesús sea Señor se le tienen que rendir todas las áreas y aspectos de la vida. Hay que abrirle todos los rincones de nuestro corazón y permitirle que al entrar en ellos, los inunde con su luz. 

Jesús lo pide todo, El quiere ser el centro único de nuestra existencia. El no admite ser sólo un adorno decorativo en nuestra vida, sino un personaje real que vive en nuestro corazón y gobierna efectivamente todo nuestro ser. Jesús quiere ser verdaderamente, el Rey de nuestra existencia. 

Por eso, su reinado no puede ser como el de las monarquías constitucionales de Inglaterra, Bélgica o Suecia. No. En Inglaterra, por ejemplo, la reina Isabel II es un personaje muy importante: su imagen y su retrato la vemos por todas partes: está en los billetes y las monedas. La encon¬tramos en las estampillas postales y en las oficinas de gobierno. En el sitio más importante del Parlamento inglés, está la imagen de la reina. Tiene un palacio, ricas joyas y su carroza es tirada por doce caballos blancos. ¡Ella es la reina!, sin embargo, ella no es la que gobierna en Inglaterra. La autoridad suprema no es ella sino el Primer Ministro y el Parlamento. En el Parlamento está la fotografía de la reina, pero no es ella quien toma las decisiones importantes. 

Hay muchos cristianos que toman el reinado de Jesús. Rey de reyes, como el de la reina de Inglaterra. Cada uno hace las leyes de cómo quiere vivir, hace los proyectos de su vida, toma sus decisiones y luego nada más va a Jesús para que los apruebe y firme, no permitiéndole que tenga parte alguna en su elaboración. Jesús es el Rey, pero ellos son los Primeros Ministros. 

Otros se cuelgan la imagen de Jesús en una medalla de oro con una lujosa cadena. Jesús y su reinado es sólo algo exterior para ellos, porque quien gobierna su vida no es el Señor, son ellos mismos. Jesús es algo sólo exterior, que forma parte de esa vida, pero no es el centro; no es verdaderamente el Señor. 

Otros más, tienen la imagen de Jesús en su casa, pero sólo es un simple adorno, porque quien gobierna ese hogar y esa familia no es Jesús sino ellos mismos. El cuadro es un adorno artístico porque Jesús no es realmente el Señor allí. 

En el comedor de una casa había una imagen del Señor Jesús muy hermosa, enmarcada en oro y terciopelo, iluminada con un reflector que la hacía resaltar aún más, causando la admiración y el comentario de propios y extraños: 

Ya tiene treinta años ese cuadro en nuestra casa, dijo el padre de familia. El Señor Obispo lo colocó aquí. 

- Sí -continuó la esposa-, pero hace apenas dos años que el Espíritu Santo lo puso como Señor de nuestro corazón. 

Cristiano es el que es una imagen de Jesús en su casa y fuera de ella. Cristiano es el que realmente vive haciendo la voluntad del Padre de los cielos. Leer Mt 7,21, vive regido por los valores del Evangelio, con los criterios de Cristo y al impulso del Espíritu. No basta que Jesús sea nuestro Salvador. Es necesario que llegue igualmente a ser nuestro Señor. De otra manera queda incompleta su obra salvífica. 

Nos queda a cada uno saber quien es nuestro señor, a que señorío respondemos, Quiénes se presentan hoy como señores de nuestra vida y que nos ofrece? los invito a vivir la Proclamación del Señorío de Jesús, aquí y ahora. Si Jesús no es todavía realmente el Señor de toda tu existencia, hoy es el momento en que lo puedes proclamar como tal. Este es lugar para hacerlo. Decídete a vender todas las perlas para poder comprar la Perla preciosa. Decídete a entregarlo todo para quedarte con Jesús. En verdad vale la pena. Concretamente el Señorío de Jesús consiste en que hagamos todo y sólo lo que él quiere, como él quiere y cuando él quiere. 

Pero, ¿cómo nos dirá Jesús cuál es su voluntad? Muy sencillo. En cada circunstancia en que nos encontremos bastará con preguntarnos ¿cómo actuaría Jesús si estuviera en mi lugar? Es más, hay que preguntarle al mismo Jesús: ¿Comprarías este vestido, Señor Jesús? ¿Cómo usarías tú el dinero, Señor Jesús? ¿Cómo amarías, Jesús, a tus hermanos, amigos y enemigos?... y hacerlo tal como lo haría Jesús. 

"Hagan lo que él les diga": (Jn 2,5): nos dijo la Mujer que realmente fue "esclava del Señor" y en quien la Palabra de Dios se hizo carne. 

“Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia y con la boca se confiesa para conseguir la salvación” (Rom, 10,9-10) 
 ¿Quiénes se presentan hoy como señores de nuestra vida y que nos ofrece? TV, Artistas, Actores, Droga, Sexo, Alcohol, Pornografía, Infidelidad, Dinero, La Figura, la superstición, hechicería, brujería… Todo esto impide que Jesús sea el SEÑOR DE MI VIDA. Que nos ofrecen? Y cómo nuestro señor, ¿Qué nos ofrece Jesús?: Paz, gozo, esperanza, salvación, vida eterna, su Espíritu, nos hace herederos de la promesa del Padre. 

¿Cómo hacer para que Jesús se convierta en el señor de mi vida? Renunciar al mal, al pecado a todo lo que me aleja de él. Quien nos transforma es el Espíritu Santo. 

Cuando el Señorío de Jesús esta en mi vida, yo tengo alegría y gozo. 

La oración es el manantial donde debemos sumergirnos diariamente. Hay que orar por los demás, así Dios oirá nuestras necesidades. Nuestra doctrina está resumida en el Credo 

La Palabra de Dios no se discute, SE VIVE!! 

Oración final

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