Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! 1 Cor 9,16
domingo, 26 de febrero de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
MIÉRCOLES DE CENIZA....
La imposicion de la ceniza nos recuerda nuestra condicion de pecadores y a la vez nuestra necesidad de la Gracia Divina, que es la actitud para emprender la conversión del cristiano y marca el inicio de la Cuaresma en preparación a la Pascua.
La celebración de la Cuaresma es un tiempo de oración, ayuno y penitencia que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Durante la Cuaresma, es un tiempo litúrgico que prepara la Iglesia Católica para la gran fiesta de la Pascua.
La Cuarezma inicia mañana Miércoles de Ceniza y terminará antes de la misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. En ésta celebración la Iglesia Católica habla sobre cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública y de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
Finalizado este período, la Iglesia Católica inicia la celebración de La Pascua, que es la conmemoracion que hace del misterio de la Pasión, Muerte y Resurección de Cristo.
Después de finalizada la homilía del Miércoles de Ceniza, los sacerdotes imponen en la frente de los fieles católicos, la marca de la ceniza, elaborada de la palma de ramos que se bendijo el año pasado durante el Domingo de Ramos, con la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén (Camino hacia la Pasión de Jesús).
domingo, 19 de febrero de 2012
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 19 Febrero 2012
Séptimo Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Conrado
Evangelio según San Marcos 2,1-12.
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa.
Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra. Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?" Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Pedro Crisólogo (v. 406-450), obispo de Rávena, doctor de la Iglesia
Sermón 50; PL 52, 339
"Hijo mío, tus pecados te son perdonados".Por estas palabras, Cristo quiso ser reconocido como Dios mientras todavía se escondía a los ojos humanos bajo el aspecto de un hombre. A causa de las manifestaciones de su poder y sus milagros, se le comparaba con los profetas; y sin embargo era gracias a él y gracias a su poder, que ellos también habían hecho milagros. Conceder el perdón de los pecados no está en poder del hombre; es la marca propia de Dios. Así es como Jesús comenzaba a descubrir su divinidad en el corazón de los hombres - y esto provoca la rabia en los fariseos que replican: "¡Blasfema! ¿Quién puede borrar los pecados, si no sólo Dios?"
¡Tú, fariseo, crees que sabes y eres sólo un ignorante! ¡Crees que celebras a tu Dios y no lo reconoces! ¡Crees que das testimonio, y das golpes! ¿Si es Dios quien absuelve los pecados, por qué no admites la divinidad de Cristo? Si pudo conceder el perdón de un solo pecado, es pues él quien borra los pecados del mundo entero: "Este es el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Para que puedas comprender su divinidad, escúchalo – ya que él penetró el fondo de tu ser. Míralo: él alcanzó la profundidad de tus pensamientos. Acepta, al que desnuda las intenciones secretas de tu corazón.
miércoles, 15 de febrero de 2012
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