lunes, 4 de febrero de 2013

"DESDE LOS OJOS DE CRISTO" ¿Cómo es nuestra mirada? (con ojos para mirar)

La vista es uno de los sentidos que tenemos como seres vivos y también como seres humanos. Gracias a los ojos podemos ver y podemos mirar. Pero la mirada es mucho más que un acto biológico, porque dice mucho de nuestra forma de ser y de nuestra manera de pasar por la vida.
     Hoy hablaremos de miradas, y ya desde el principio vamos a fijarnos en las veces que utilizamos el verbo mirar: mira ése lo que hace, mirad cómo se hace esto, ¡mira lo que he encontrado!,… Y cuenta la Palabra: 
TEXTO- CITA: Mt 20, 29-34: Los dos ciegos.
Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba,  clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga?Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
 Imaginemos  la siguiente dinámica: salen 5, 6, 7 personas de la sala (cuando más grande es el grupo más personas pueden salir). Las que quedan dentro observan una imagen. A continuación se tapa la imagen y se hace entrar a uno de los que están fuera. Se pide a una persona de la sala que le describa la imagen con todo detalle (puede mirar la imagen mientras la describe, el resto de personas que irán entrando ya no la podrán mirar). Ésta, a su vez, se lo explicará al siguiente que hagamos entrar, y así sucesivamente, de manera que es una explicación en cadena en la que se pierden muchos detalles porque entre unos y otros se van alterando.
Vamos cayendo en cuenta de que continuamente estamos usando la mirada, a veces sólo para ver, otras para mirar con más profundidad, pero siempre expresando algo de nosotros mismos a través de las miradas.
Las miradas dicen más que mil palabras. Son el espejo más certero de la esencia del ser, del interior, de esa magia que se dibuja en infinitas definiciones pero nunca logra ser capturada.
Miradas pícaras, sonrisa del alma, como las de un niño haciendo travesuras.
Miradas que reflejan un ser muerto en vida como una persona que perdió la esperanza.
Mirada cómplice como la de los enamorados que mantienen un diálogo sin intercambiar palabras.
Mirada pensativa y solitaria como la de una persona tratando de visualizar su futuro por un segundo o analizando una toma de decisiones que evidentemente puede cambiar su vida.
Miradas que invitan a conocer un poco más a esa persona sentada o parada en la otra esquina de la sala y que con sus ojos hace ineludible su presencia.
Miradas que sonrojan si uno es capaz de adivinar alguno de los pensamientos que por la pupila escapan.
Miradas frías y cortantes que imponen límites, un freno a la inspiración de hacer algo.
Miradas analíticas y calculadoras de aquellos que parecen querer sacar una radiografía, antecedentes, la hoja de vida con tan sólo clavar la vista en su víctima.
Miradas insistentes que buscan incomodar, hacer vulnerable a la persona que la mira.
Miradas profundas y apasionadas que se enlazan en un juego y pasan los minutos, la gente, los acontecimientos y ellas no se dan por enteradas.
Mirada triste que expresa el dolor y abatimiento de un alma herida.
Miradas débiles de personalidades endebles y miradas penetrantes de personalidades con carácter.
Miradas huidizas al encuentro con otra mirada.
Miradas que buscan el constante encuentro con otros ojos que expresen sentimientos, pedacitos del ser, rinconcitos del alma.
¡Y cuánto más puede reflejar una mirada! cuánto dice de un individuo, de un estado de ánimo, de un sentimiento expresado... Pero que relegada se encuentra en un mundo donde las vías de comunicación privilegiadas son las que no involucran el contacto físico ni el encuentro en persona ni el intercambio con todos los sentidos comprometidos.
 ACERCÁNDONOS A LA MIRADA DE JESÚS
Llegados a este punto, haremos imaginariamente una dinámica más para la que vamos a necesitar lupas (aunque no haya para todos, ya irá pasando de unos a otros).
Les pedimos que agarren  varios objetos suyos y que los observen detenidamente con la lupa. Se trata de que descubran cosas que sin la lupa no se habían dado cuenta de que estaban. Hacemos una breve puesta en común sobre esto, y a continuación les hacemos la siguiente pregunta: Una persona cuya mirada se parece a la de una lupa, ¿cómo la podríamos definir? (Atenta a los detalles, profunda, ve más allá de lo que se percibe a simple vista,…)
Ahora yo tengo que preguntarme: ¿cómo es mi mirada? Dejamos un espacio para que a nivel personal escriban su respuesta en una hoja que tiene la imagen de un ojo.
(Ejemplos de miradas: superficial, profunda, vital, crítica, verdadera, íntima, liberadora, bondadosa,…). A continuación se les entrega la hoja que va en el anexo.
Nuestra mirada, quiere parecerse a la de Jesús de Nazaret: profunda, capaz de captar el interior de cada uno, de cada corazón. Jesús MIRA para entablar una relación, para compartir la vida, para ayudar. Mira y ofrece su amistad.
Cuenta un relato que..........
El color del mundo
 Un anciano descansaba sentado en un viejo banco, a la sombra de un árbol, cuando fue abordado por el conductor de un automóvil, que estacionó a su lado:
- ¡Buenos días!
- ¡Buen día! Respondió el anciano
- ¿El señor vive aquí?
- Si...., hace muchos años...
- Vengo de mudanza y me gustaría saber, cómo es el pueblo de aquí. Como el señor vive aquí hace tanto tiempo, debe conocerlo muy bien.
- Es verdad, - dijo el anciano. - Pero, por favor, hábleme antes, de la ciudad de donde viene usted.
- ¡Ah! Es estupenda. ¡Maravillosa! Gente buena, fraternal... Tengo allá, muchos amigos. Sólo la dejé, por imperativos de la profesión.
- Pues bien, hijo mío. Esta ciudad es exactamente igual. Le va a gustar vivir aquí.
El forastero agradeció y partió. Minutos después, apareció otro automovilista y también se dirigió al anciano:
- He venido para vivir aquí. ¡Puede decirme cómo es este lugar? El anciano, le hizo la misma pregunta:
- ¿Cómo es la ciudad de dónde viene?
- ¡Horrible! ¡Un pueblo orgulloso, lleno de prejuicios, arrogante! ¡No tengo ni un amigo en aquel lugar horroroso!
- Lo siento mucho, hijo mío, pues aquí usted encontrará el mismo ambiente...
Así somos nosotros.... vemos en el mundo y en las personas, algo de lo que somos, de lo que pensamos, de nuestra manera de ser. Si somos nerviosos, agresivos o pesimistas, así será el mundo y sólo encontraremos problemas y conflictos. Pero si nuestra mirada es positiva, así también será nuestra percepción del mundo.
Moraleja: es importante mirar bien, conocer los detalles para transmitir los mensajes con la menor distorsión posible, las distorsiones pueden hacernos daño y hacer daño a los otros.
 A lo largo del día alguien de nosotros utiliza el verbo mirar. Al final lo comentaremos. HAY DISTINTAS MIRADAS, SITUACIONES… POR EJ.
¿CÓMO MIRA…?  Un niño       Un adolescente   Un joven     Un adulto   Un anciano
¿CÓMO MIRA…?  La serpiente        El águila     El topo        La tortuga  El ratón
¿CÓMO VEMOS A TRAVÉS DE…? Unas gafas de sol    Unas gafas graduadas Unos prismáticos        Un microscopio   Una lupa
Podemos pensar las siguientes  preguntas (¿cómo ve una persona ciega? ¿Una persona que necesita anteojos pero que no las lleva puestas?...). 
“LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS, SÓLO SE VE BIEN CON EL CORAZÓN”
 LA MIRADA DE JESÚS
Una forma de acercarnos a la mirada de Jesús es a través de su relación con algunos personajes, y también acercándonos a las citas bíblicas que hacen referencia a los ojos, la mirada,… Y en especial a las miradas de JESÚS. Ella nos invita a ver mi vida a la luz de sus ojos. Por ej. Cuando mira a Pedro (Jn ,42), su mirada de amor que pide y ofrece (Mc 10, 21). Mirada apenada (Mc 3, 5). Mirada de asombro (Lc, 7,44). Mirada de llanto ( Jn,11,33-35)…..
A veces, para ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás no hay que cambiar la vida, ni de ojos, hay que cambiar la mirada. Ojos que ven distinto, mente que piensa distinto; corazón que ama distinto; pies que caminan por senderos distintos.
Estamos invitados, te invito a: MÍRATE A TI MISMO/A: ¿CÓMO ME VEN LOS OTROS?
Pero no sólo miramos la realidad nosotros mismos, otros nos miran,… ¿cómo nos ven?... Incluso nos estudian para manejarnos a su antojo, al interés propio: la publicidad, el dinero, la comodidad, etc. A todo esto tenemos que ser críticos. Preguntarnos, desde la estructura del ojo. ¿Cómo me ven los otros?
¿Ante qué realidades podemos cerrar los ojos? PÁRPADO
¿Soy capaz de cambiar la “forma” de mi mirada? CRISTALINO
¿Cuáles son mis “células especiales” que me ayudan a formar las imágenes que voy elaborando de mi vida, de la gente, del mundo,…? RETINA
¿Mis ojos ven todo lo que pueden? ¿O no me preocupo en ir adaptando la cantidad de información que recibo? PUPILA.


No hay comentarios: