En la
Palabra, podemos descubrir muchas miradas de Jesús. Y es bello ponernos bajo
sus ojos, ya que nos muestra como los miraba Jesús. Y podemos ponernos en lugar
de ellos y dejar que EL nos mire como los miraba a ellos.
La mirada de
Jesús nos hace sentir aceptados, acariciados o exhortados y esa mirada les
cambia la vida y nada es lo mismo. Que la Palabra nos motive a reconocer los
ojos del amado y que nos permita, les permita contemplar tu vida, nuestra vida
y la bendiga. Y dice la Palabra en…
EVANGELIO: Juan
1, 42
“Jesús fijó su mirada en él y le dijo: “tú eres Simón, el hijo de Juan.
Tú te llamarás Cefas, que significa Pedro”.
Esa fue la
primera mirada de Jesús hacia Pedro, y vemos que Pedro conoce a Jesús por su
hermano Andrés; quien lleno de la alegría de haberse encontrado a Jesús corre a
buscarlo y se lo presenta y fue así que Pedro se encuentra con sus ojos. Aunque
estamos seguros de que Jesús ya lo tenia “fichado” como quien dice. Ya lo había
visto, pensado… y así Pedro tubo su primer encuentro, experimento por primera
vez la mirada del Maestro, del Señor y le dijo quien era en realidad, para que
estaba en este mundo….
QUIZAS,
nosotros cómo Pedro tuvimos un Andrés que no presento a Jesús, por el lo
conocimos, hasta me habló de EL y puede que hasta le presento mi vida, tú vida.
Lo que debemos saber es que aunque no lo conocía, no dejaba que me mirara El no
dejaba de contemplarme con su mirada y esperaba. Por eso todo me habla de El,
muchas cosa me hablan de EL. Y cómo Pedro, me encontré con su mirada, con EL y
nos dijo, te dijo quien eres, quien soy para ti, cuál es mi verdad y para que
estoy….
Aquí tengo la
letra de una canción que creo todos la conocemos. Vamos a meditarla…
Hay miradas que sin dudas Dicen más que
mil palabras
Y que al verlas todas juntas Son como
espejos del alma
Hay miradas que cuando miran Son
hirientes y lastiman
En cambio hay otras tan serenas Que
consuelan y acarician
Hay miradas insistentes, misteriosas,
recurrentes
Y las hay indiferentes, como las de
tanta gente
Hay miradas que ocultan verdades, Que
mucho dañan
Y las hay que en la diaria lucha
Fortalecen y acompañan
Hay miradas que perdidas entre miles de
miradas
Andan solas por la vida En busca de
otras miradas
Y hay miradas que cautivan Por lo bellas
y profundas
Como tu mirada azul, Que me atrapa día a
día
Hay miradas que por tristes Enlutan a
quien las viste
Y hay esas miradas dulces Que ennobleces
a quien las luce
Hay miradas que derriten Hasta el
corazón más duro
E iluminan suavemente El pensamiento más
oscuro
Hay miradas Que perdidas entre miles de
miradas
Andan solas por la vida En busca de
otras miradas
Y hay miradas que cautivan Por lo bellas
y profundas
Como tu mirada azul Que me atrapa día a
día.
Pidamos al
Señor que nos mire de nuevo a los ojos, porque muchas veces volvemos a
confundir nuestras miradas, a veces creemos saber quien soy y que tengo que
hacer con mi vida, nos escapamos de sus proyectos y volvemos a nuestros propios
caminos, escapamos de la realidad que EL conoce y nos destruyó ya que
presentamos otra imagen y nos preocupamos por ser bien visto, por ser aprobados
, queremos agradar, pero todo eso nos lleva a no saber quien soy en realidad y
se nos olvida nuestra propia vida.
Dejemos que
EL nos diga quien soy, porque es el único que nos conoce y percibe todo nuestro
ser. Solo El sabe porque y para que tengo éste temperamento, tengo este rostro,
mi forma de pensar y de actuar. Dice la Palabra: “solo tú conoces lo que hay en
el corazón del hombre” ( Jn 2,25), porque los demás miran las apariencias, tú
el corazón ( 1 de Sam 16,7).
Dejemos que
el nos mire como miró a Pedro en aquel primer encuentro; que nos enseñe a descubrirnos
a nosotros mismos como tú me miras.
Que la
gracias del Señor, nos de la gracia de llegar a ser lo que EL sabe que debemos
ser.
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