jueves, 7 de febrero de 2013

Miradas de Jesús: mi vida a la luz de sus ojos

En la Palabra, podemos descubrir muchas miradas de Jesús. Y es bello ponernos bajo sus ojos, ya que nos muestra como los miraba Jesús. Y podemos ponernos en lugar de ellos y dejar que EL nos mire como los miraba a ellos.
La mirada de Jesús nos hace sentir aceptados, acariciados o exhortados y esa mirada les cambia la vida y nada es lo mismo. Que la Palabra nos motive a reconocer los ojos del amado y que nos permita, les permita contemplar tu vida, nuestra vida y la bendiga. Y dice la Palabra en…

EVANGELIO: Juan 1, 42

“Jesús fijó su mirada en él y le dijo: “tú eres Simón, el hijo de Juan. Tú te llamarás Cefas, que significa Pedro”.

Esa fue la primera mirada de Jesús hacia Pedro, y vemos que Pedro conoce a Jesús por su hermano Andrés; quien lleno de la alegría de haberse encontrado a Jesús corre a buscarlo y se lo presenta y fue así que Pedro se encuentra con sus ojos. Aunque estamos seguros de que Jesús ya lo tenia “fichado” como quien dice. Ya lo había visto, pensado… y así Pedro tubo su primer encuentro, experimento por primera vez la mirada del Maestro, del Señor y le dijo quien era en realidad, para que estaba en este mundo….

QUIZAS, nosotros cómo Pedro tuvimos un Andrés que no presento a Jesús, por el lo conocimos, hasta me habló de EL y puede que hasta le presento mi vida, tú vida. Lo que debemos saber es que aunque no lo conocía, no dejaba que me mirara El no dejaba de contemplarme con su mirada y esperaba. Por eso todo me habla de El, muchas cosa me hablan de EL. Y cómo Pedro, me encontré con su mirada, con EL y nos dijo, te dijo quien eres, quien soy para ti, cuál es mi verdad y para que estoy….

Aquí tengo la letra de una canción que creo todos la conocemos. Vamos a meditarla…

Hay miradas que sin dudas Dicen más que mil palabras
Y que al verlas todas juntas Son como espejos del alma
Hay miradas que cuando miran Son hirientes y lastiman
En cambio hay otras tan serenas Que consuelan y acarician
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes
Y las hay indiferentes, como las de tanta gente
Hay miradas que ocultan verdades, Que mucho dañan
Y las hay que en la diaria lucha Fortalecen y acompañan
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas
Andan solas por la vida En busca de otras miradas
Y hay miradas que cautivan Por lo bellas y profundas
Como tu mirada azul, Que me atrapa día a día
Hay miradas que por tristes Enlutan a quien las viste
Y hay esas miradas dulces Que ennobleces a quien las luce
Hay miradas que derriten Hasta el corazón más duro
E iluminan suavemente El pensamiento más oscuro
Hay miradas Que perdidas entre miles de miradas
Andan solas por la vida En busca de otras miradas
Y hay miradas que cautivan Por lo bellas y profundas
Como tu mirada azul Que me atrapa día a día.

Pidamos al Señor que nos mire de nuevo a los ojos, porque muchas veces volvemos a confundir nuestras miradas, a veces creemos saber quien soy y que tengo que hacer con mi vida, nos escapamos de sus proyectos y volvemos a nuestros propios caminos, escapamos de la realidad que EL conoce y nos destruyó ya que presentamos otra imagen y nos preocupamos por ser bien visto, por ser aprobados , queremos agradar, pero todo eso nos lleva a no saber quien soy en realidad y se nos olvida nuestra propia vida.
Dejemos que EL nos diga quien soy, porque es el único que nos conoce y percibe todo nuestro ser. Solo El sabe porque y para que tengo éste temperamento, tengo este rostro, mi forma de pensar y de actuar. Dice la Palabra: “solo tú conoces lo que hay en el corazón del hombre” ( Jn 2,25), porque los demás miran las apariencias, tú el corazón ( 1 de Sam 16,7).
Dejemos que el nos mire como miró a Pedro en aquel primer encuentro; que nos enseñe a descubrirnos a nosotros mismos como tú me miras.
Que la gracias del Señor, nos de la gracia de llegar a ser lo que EL sabe que debemos ser.

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