El papa Benedicto XVI aseguró hoy que Dios "jamás actúa contra la libertad del ser humano" y que prueba de ello es que cuando decidió hacerse hombre en su Hijo necesitaba el "sí, libre" de la Virgen "y esperó ese 'sí'".El Pontífice así lo manifestó ante unas cuatro mil personas que asistieron en el patio de la residencia de los papas de Castel Gandolfo, unos 30 kilómetros al sur de Roma, a la audiencia pública de los miércoles, en la que analizó la figura de María, ante la celebración de la Asunción de la Virgen, el próximo 15 de agosto."Cuando Dios decidió hacerse hombre en su Hijo necesitaba el 'sí' libre de una de sus criaturas. Dios no actúa contra nuestra libertad, se hace dependiente de nuestra libertad, del 'sí' de una de sus criaturas, espera ese 'sí'", afirmó el Obispo de Roma.El Papa agregó que el 'sí' de María "abrió" la puerta a través de la que Dios "pudo entrar en el mundo, hacerse hombre".María, añadió el Papa teólogo, está "real y profundamente implicada en el misterio de la Encarnación, de nuestra salvación".Benedicto XVI subrayó que el Concilio Vaticano II invita a mirar a María como "modelo perfecto de la propia existencia".Durante la audiencia el Papa expresó su solidaridad con las poblaciones asiáticas afectadas por el tifón "Morakot" y por el terremoto que sacudió Japón e imploró a la comunidad internacional que preste la ayuda material necesaria."Mi pensamiento está con las numerosas poblaciones afectadas por la violencia del tifón en Filipinas, Taiwan, algunas provincias surorientales de China y en Japón, país además sacudido por un fuerte terremoto", afirmó el Papa.El Obispo de Roma hizo votos "para que no falte el alivio de la solidaridad y las ayudas materiales".El tifón "Morakot" ha causado sólo en Taiwán la muerte de al menos 62 personas y la desaparición medio centenar y el terremoto de 6,5 grados del a escala abierta de Richter que sacudió el martes Japón causó la muerte de una persona.El Pontífice se trasladará el próximo día 15 a la iglesia parroquial de Santo Tomás de Villanueva, en Castel Gandolfo, para oficiar la misa en la fiesta de la Asunción y después rezará el ángelus e impartirá la bendición desde el balcón central de la residencia papal.
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