viernes, 21 de agosto de 2009

ORACIÒN DEL CATEQUISTA.


Señor Jesùs, Tù me has llamado
a comunicar tu mensaje de vida,
a entablar el diàlogo contigo,
a dedicar mis dias a los demàs,
a narrar las maravillas obradas por Tì:
Ayùdame a vivir en la reflexiòn y en el estudio,
a madurar en el sacrificio y en la oraciòn,
Ayùdame para que vea claramente la verdad
y siga lo que es bueno para Tì.
Que, junto a mis hermanos catequistas
comprenda tu lenguaje
en los acontecimientos de la vida,
descubra tu paso por la historia,
construya la paz en nuestro mundo.
Que seamos profetas para orientar,
testigos para hacerte reconocer,
signos transparentes de tu salvaciòn.
Que, fiel a la Iglesia,
proclamemos nuestra fe.
Junto al SÌ de Marìa,
la reina de los apòstoles,
pongo mi compromiso de fidelidad. AMEN.

El Catequista es un hombre, que experimentando el llamado de Jesùs, responde libremente asumiendo su vocaciòn como un servicio a la comunidad y una misiòn para toda la humanidad.Èl participa como bautizado del sacerdocio del mismo Cristo y, por tal motivo, es ministro especìfico y cualificado.
Lleva este nombre porque hace resonar en la vida del creyente la vos del maestro y , para aquellos que todavìa no creen, es un testigo de còmo Dios ama a los hombres. La Catequesis es una tarea en la que toda la Iglesia ha de sentirse comprometida y responsable, pero es el catequista, como ministro de la Palabra, quien la realiza de una manera diferenciada y especìfica. En la vida interna y externa de una comunidad creyente no pueden faltar estos ministros; de lo contrario, su identidad es poco fecunda. El campo de trabajo del catequista es amplio: casa, grupos, trabajo, barrio, familia, amigos, hospitales, escuelas, càrceles, etc. y no tiene horario ni fechas en el calendario.... porque se es catequista, no damos catequesis.
Queremos centrarnos en algunas de las caraterìsticas del catequista, teniendo en cuenta que èl es alegre, discìpulo, testigos, creyentes, esperanzado, amante... y aquello que lo distingue de otro ministerio es que piensa catequìsticamente.

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