viernes, 31 de julio de 2009

LA MUERTE QUE DA VIDA


Alzaste tus manos en el monte
atrayendo a todos hacia ti,
tu amor regó con sangre
el pacto que nadie puede destruir,

Develaste los misterios de la vida
ofreciendo toda tu pasión,
me sacaste del abismo de la muerte
entregándome tu resurrección.

Todos los pueblos te dan gracias
porque iluminaste nuestra humanidad,
el fin de la historia es tu nombre,
tus palabras nunca pasarán.

Defendiste tu reino de las sombras,
acercaste a los que no se podían ver,
nos mostraste que el amor lo soporta todo
y es la base de un nuevo amanecer.

Dilataste el tiempo de la espera
para que todos tengan su oportunidad,
haz venido para que todos se salven,
tu no quieres a nadie condenar,

El triunfo de la cruz es paradoja
que solo los pobres pueden descifrar,
el humilde será ensalzado
porque es el único capaz de dar,

La gloria de la cruz es el escándalo
de todos los que quieren dominar,
el servicio será la clave
de todos los que saben amar.

Levàntame, Señor en tus brazos
quiero morir en tu cruz,
la vida hay que entregarla
y quiero que sea en tu luz.

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