El mundo suele aplaudir los testimonios de personas que dejan lo que ellos consideraban una incómoda vida como heterosexuales, para ser abiertamente homosexuales. También nos piden que respetemos la decisión que estas personas tomaron.
¿Y qué hay de los casos en los que ocurre al revés? Hoy les comparto el testimonio de Santiago, un joven que asegura que «Dios me liberó de la homosexualidad» gracias al Santo Rosario.
Sé que para muchos es un testimonio «incómodo». Así que les pediré lo mismo que ellos piden: respeto.
Dios me liberó de la homosexualidad
Santiago José Elias Montes cuenta que convertirse al catolicismo fue la mejor decisión de su vida. El haber vivido 24 años fuera de ella hace que ahora pueda vivir con más intensidad la Santa Eucaristía, la oración y la perseverancia en el ayuno.
Santiago nació en un hogar católico, pero a los 16 años se convirtió al protestantismo asistiendo a una Iglesia Pentecostal buscando un cambio de vida porque no quería que sus padres se enteraran que era homosexual.
Al no conseguir su propósito en la iglesia evangélica, decide salirse de ella y toma la decisión de vestirse de mujer. En una reunión de la diversidad sexual se cambia el nombre a Karina en honor a una artista.
«Quizás este personaje no fue malo para este mundo, pero sí a los ojos de Dios. Esto nunca lo he dicho, pero el personaje de Karina me hizo avergonzarme de mi familia», cuenta Santiago.
Durante 24 años de su vida Santiago vivió disfrazado de Karina «haciendo y deshaciendo de las cosas del mundo, viviendo una sexualidad completamente distorsionada. Muy triste».
Su conversión
Ya con el personaje de Karina, Santiago comienza a trabajar en un salón de belleza. Allí llegó un día a sacerdote a cortarse el cabello y desde entonces su vida cambió por completo.
El sacerdote se percató que en aquel salón de belleza no había imágenes católicas y decidió regalarle a Santiago una de la Virgen María.
«Yo había insultado mucho a la Virgen María, porque ser protestante es criticar a la Iglesia. Y eso era lo que yo hacía. Pero cuando llegó la imagen era como si me pusieran un zipper».
Un día llegaron a él algunos integrantes de la Comunidad Emaús y oraron un Rosario de liberación. Aquello le impactó tanto que descargó en su celular una aplicación para rezar el Rosario. Entonces se decidió a vivir un retiro con esa comunidad.
Su consagración a la Virgen María
Tres meses después de su retiro, Santiago se entera a través de internet de la existencia de la consagración a la Virgen María y le pregunta al sacerdote cómo podría hacer una.
«Me dije, esta tiene que ser una manera de agradecerle o de sentirme bien después de tanto insulto, de tratarla de prostituta», cuenta Santiago.
Así inició su preparación y el 18 de mayo del 2018 pudo consagrarse a la Virgen María. «La consagración a María te hace amara más al Hijo, amar más a Dios, porque ella te lleva a Jesús».
Su vida como católico
Ya sin el disfraz de mujer, Santiago cuenta que «en la Iglesia encontré lo más hermoso que hay: Jesús Eucaristía. Jesús está presente en la Eucaristía. Jesús está vivo. Yo aprendí a disfrutar el culto más bonito que tiene la Iglesia que es la Santa Eucaristía».
Ahora el ayuno y la oración constante son su fortaleza para seguir en el camino del Señor.
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