lunes, 14 de septiembre de 2009

EVANGELIO DEL DIA

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 3,13-17
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

COMENTARIO
Nm 21,4b-9: “Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados”Sal 77: No olvidéis las acciones del Señor.: Jn 3,13-17: “Ha de ser levantado el Hijo del Hombre”
Jesús ha sido exaltado, levantado.
Quien lo contemple y acepte por medio de la fe obtendrá el perdón de los pecados y tendrá vida eterna.
No podemos negar el mal en el mundo. Muchas veces nosotros mismos nos hemos dejado dominar por el pecado. Y el pago del pecado es la muerte. Ojalá y nosotros mismos tuviésemos el remedio de nuestros pecados con sólo decidirnos a ser mejores cada día. Pero conocemos nuestra fragilidad; y nuestra experiencia personal nos ha hecho comprender que tal vez dejemos por unos momentos o días nuestros caminos equivocados, pero luego volvemos a ellos como si el pecado se hubiese pegado a nuestra piel.
El Señor Jesús, el único en quien podemos obtener el perdón de nuestros pecados y la restauración de nuestra naturaleza deteriorada por el mal, nos invita a volver hacia Él la mirada para decidirnos a aceptarlo como Aquel que nos perdona y que nos salva. No basta contemplarlo, no basta una mirada de fe, es necesario abrirle nuestro corazón para que haga su morada en nosotros y para que, comunicándonos su Vida y su Espíritu, seamos exaltados junto con Él a la dignidad que le corresponde como a Hijo unigénito del Padre.
Hoy nos reunimos para celebrar La Exaltación de la Santa Cruz. La muerte de Jesús en la cruz nos da a entender cuál es el precio que Él pagó para que nosotros fuésemos hechos hijos de Dios, naciendo de lo alto. Así conocemos el amor que Dios nos tiene. Por eso debemos venir a la celebración de la Eucaristía con un corazón dispuesto a hacer nuestra la vida nueva, el nuevo nacimiento que el Señor nos ofrece. La fe nos debe llevar a aceptar esa vida de Dios en nosotros. Por eso, al entrar en comunión de vida con Cristo debemos ser, en Él, criaturas nuevas, perdonados y liberados de la esclavitud de nuestros pecados, para caminar en adelante con la dignidad de hijos de Dios.Por eso quienes hemos hecho nuestra la vida que el Padre Dios nos ofrece en su propio Hijo no podemos continuar generando signos de muerte. Efectivamente de nada nos serviría decir que creemos en Cristo si continuamos esclavos de la maldad. Dios nos quiere portadores de su amor, de su gracia, de su vida.
La Iglesia es el signo concreto que Dios ha elevado en el mundo para que por medio de ella todos puedan unirse a Cristo, y, desde ella, puedan encontrar en Él el perdón de los pecados y la vida eterna. Ojalá y no nos convirtamos en una Iglesia que se desenvuelva en el mundo como una sociedad conforme a los criterios mundanos.
El Señor nos ha enviado a salvar todo lo que se había perdido.
Nuestra vida de fe no es una burocracia sino un servicio en el amor fraterno; servicio hasta la muerte, si es preciso, con tal de que la salvación se haga realidad en todos.
Que Dios nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de saber hacer nuestro el camino de amor y de entrega de Cristo para que, continuando su obra en el mundo, colaboremos para que la salvación que Él nos ofrece llegue hasta los últimos rincones de la tierra. Amén.
Para la revisión de vida -
-¿Busco la verdad a toda costa, sin acobardarme ante la posibilidad de que me pongan la cruz?
-¿Acepto las cruces (históricas, no naturales) que ya cargo? (Enumerarlas, revisarlas pormenorizadamene ante mí mismo).
-Cristo, en su solidaridad con la humanidad, se "despoja" de su rango divino y toma la condición de esclavo.
¿Qué dice este gesto de Jesús a mi nivel de vida?
¿Hasta dónde llega mi solidaridad con los pobres?
¿De qué debo despojarme para ser solidario con la humanidad doliente?
Para la reunión de grupo-
Qué entendemos es el mensaje del texto del Evangelio de Marcos:“El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.?
Para la oración de los fieles-

Por todos los hombres y mujeres que prolongan hoy la cruz de Jesús sufriendo la persecución por su compromiso con la verdad y por la Justicia, para que lleven esa misma cruz de Jesús, con esperanza firme en el triunfo de Su Causa,

roguemos al Señor...-

Por nuestra comunidad, para que esté solícita en la preparación de un verdadero hogar, en el que Jesús pueda prolongar históricamente su lucha por la Verdad y el Amor en el mundo,

roguemos al Señor...

- Por la mujer, que en la historia ha desempeñado su papel de verdadera discípula, sin realmente valorada ni reconocida, para que continuemos todos en la tarea de su promoción y liberación,

roguemos al Señor...-

Para que el cristianismo siga avanzando y renovándose, a pesar de todas las dificultades, consciente de que Dios quiere ser visto y captado bajo nuevos esquemas, nuevas imágenes, nuevos modelos,

roguemos al Señor…
Oración comunitaria

Dios, Padre nuestro, otórganos el don de saber encontrar en el hoy de nuestra historia, el sentido profundo de nuestra misión cristiana, para que nos comprometamos con todo lo que implica ser fieles a tu proyecto en la sociedad en la que nos ha tocado vivir y construir tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.

Dios Padre y Madre, que en la vida, pasión y muerte de Jesús has realizado tu revelación máxima para el mundo, según nos asegura nuestra fe; te rogamos nos otorgues el don de saber redescubrir con ojos humildes todo lo que tú has continuado revelando en estos 2000 años de historia, dentro y fuera del cristianismo, para que la Palabra que pronunciaste en Jesús pueda ser compartida por todos los pueblos y religiones. Por Jesucristo nuestro Señor.

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