Padre Jordi Rivero
"El pueblo comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés". (primera lectura)
¡Que terrible!
Es el mismo pueblo que Dios sacó de Egipto haciendo frente a ellos grandes milagros, que camino entre las aguas del Mar Rojo.
Pero cuando llegó la prueba, cuando las cosas no iban como esperaban, habló contra Dios.
Se quejó y le cuestionó "¿Por qué nos hicieron salir de Egipto?"
Ya no le reconocemos como Padre bueno
¿Acaso nos liberó "Para hacernos morir en el desierto"?
Este es un retrato de la humanidad después del pecado original
es también nuestra realidad.
Decimos que amamos a Dios y le llamamos "Señor", pero en realidad seguimos nosotros en el puesto de mando.
Muchos comienzan con gusto la vida espiritual, pero cuando llegan las pruebas se echan atrás.
La primera lectura: "el pueblo perdió la paciencia"
Piensa que es mejor ser esclavo en Egipto que libre con Dios.
Dios quiere que trabajemos para lograr el bien temporal, familia sana, alimentos, educación.
Pero por encima de todo el amor a Dios y por eso confianza.
Dios envía serpientes que mordían a la gente.
La serpiente es símbolo de Satanás.
El mal entró en la humanidad cuando la serpiente sembró en nuestros primeros padres dudas y desconfianza sobre las intenciones de Dios para ellos.
De la misma manera que ahora tienta al pueblo en el desierto. El resultado: desobediencia y rebelión.
Dios permite que la realidad espiritual de pecado: se manifieste visiblemente en serpientes venenosas.
Mirar a la serpiente de bronce es enfrentarse y reconocer el pecado cometido. Dios les está diciendo: "Miren a la serpiente que está detrás de vuestros pensamientos". Cuando la serpiente es descubierta pierde su capacidad de engañar.
Pero aquello era solo un signo del verdadero remedio.
Para vencer la desobediencia y rebelión instigada por la serpiente, Dios quiso manifestar su amor. Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, "Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna."
Ya no miramos a una serpiente de bronce. Miramos a Jesús crucificado.
"De la misma manera que para que todos los que creen en él tengan Vida eterna."
Ante el sufrimiento y los males, tambien nosotros preguntamos ¿por que?.
Jesus enseña que solo en el cielo se entienden ciertos misterios.
"Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo."
Por eso nadie sino solo El conoce ese misterio.
El nos invita a confiar en El.
El no eliminó eliminó es sufrimiento. Mas bien lo asumió hasta la cruz.
Nos pide que lo contemplemos levantado en su cruz para revelarnos lo que si debemos saber aqui en la tierra:
La magnitud de nuestro pecado.
La infinita misericordia de Dios que se entregó por nosotros. El no se echó atrás en las pruebas. Prefirió amarnos que evitarse el sufrimiento.
Nos llama a seguirle, llevando por amor nuestras cruces.
Cada cruz abrazada por amor es un tesoro porque nos libera de la esclavitud al pecado y nos abre a una vida nueva.
El miedo a sufrir es el arma por la que el demonio nos somete en la esclavitud. El hace que nuestra prioridad sea evitar sufrimientos y tratar de asegurar todo lo que consideramos necesario para una buena vida en este mundo.
La sabiduría de la cruz renueva completamente nuestra mente. Consiste en el fuego de amor divino que nos impulsa a buscar por encima de todo la voluntad de Dios.
El poder de la Cruz rompe el dominio de Satanás sobre nosotros. Ya no tememos perderlo todo, estamos dispuestos a sufrir y morir a nuestro ego rebelde con tal de vivir en Cristo.
Jesús no vino a quitarnos la cruz sino a darnos la gracia de llevarla en alto por amor.
Jesús nos dio muchas enseñanzas que debemos aplicar pero solo podremos hacerlo si primero le contemplamos levantado en la cruz.
Es para eso que hemos venido a la Santa Misa. Vivamos el Sacrificio de la cruz, con María, como San Juan, dejémonos traspasar por su amor.
"El pueblo comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés". (primera lectura)
¡Que terrible!
Es el mismo pueblo que Dios sacó de Egipto haciendo frente a ellos grandes milagros, que camino entre las aguas del Mar Rojo.
Pero cuando llegó la prueba, cuando las cosas no iban como esperaban, habló contra Dios.
Se quejó y le cuestionó "¿Por qué nos hicieron salir de Egipto?"
Ya no le reconocemos como Padre bueno
¿Acaso nos liberó "Para hacernos morir en el desierto"?
Este es un retrato de la humanidad después del pecado original
es también nuestra realidad.
Decimos que amamos a Dios y le llamamos "Señor", pero en realidad seguimos nosotros en el puesto de mando.
Muchos comienzan con gusto la vida espiritual, pero cuando llegan las pruebas se echan atrás.
La primera lectura: "el pueblo perdió la paciencia"
Piensa que es mejor ser esclavo en Egipto que libre con Dios.
Dios quiere que trabajemos para lograr el bien temporal, familia sana, alimentos, educación.
Pero por encima de todo el amor a Dios y por eso confianza.
Dios envía serpientes que mordían a la gente.
La serpiente es símbolo de Satanás.
El mal entró en la humanidad cuando la serpiente sembró en nuestros primeros padres dudas y desconfianza sobre las intenciones de Dios para ellos.
De la misma manera que ahora tienta al pueblo en el desierto. El resultado: desobediencia y rebelión.
Dios permite que la realidad espiritual de pecado: se manifieste visiblemente en serpientes venenosas.
Mirar a la serpiente de bronce es enfrentarse y reconocer el pecado cometido. Dios les está diciendo: "Miren a la serpiente que está detrás de vuestros pensamientos". Cuando la serpiente es descubierta pierde su capacidad de engañar.
Pero aquello era solo un signo del verdadero remedio.
Para vencer la desobediencia y rebelión instigada por la serpiente, Dios quiso manifestar su amor. Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, "Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna."
Ya no miramos a una serpiente de bronce. Miramos a Jesús crucificado.
"De la misma manera que para que todos los que creen en él tengan Vida eterna."
Ante el sufrimiento y los males, tambien nosotros preguntamos ¿por que?.
Jesus enseña que solo en el cielo se entienden ciertos misterios.
"Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo."
Por eso nadie sino solo El conoce ese misterio.
El nos invita a confiar en El.
El no eliminó eliminó es sufrimiento. Mas bien lo asumió hasta la cruz.
Nos pide que lo contemplemos levantado en su cruz para revelarnos lo que si debemos saber aqui en la tierra:
La magnitud de nuestro pecado.
La infinita misericordia de Dios que se entregó por nosotros. El no se echó atrás en las pruebas. Prefirió amarnos que evitarse el sufrimiento.
Nos llama a seguirle, llevando por amor nuestras cruces.
Cada cruz abrazada por amor es un tesoro porque nos libera de la esclavitud al pecado y nos abre a una vida nueva.
El miedo a sufrir es el arma por la que el demonio nos somete en la esclavitud. El hace que nuestra prioridad sea evitar sufrimientos y tratar de asegurar todo lo que consideramos necesario para una buena vida en este mundo.
La sabiduría de la cruz renueva completamente nuestra mente. Consiste en el fuego de amor divino que nos impulsa a buscar por encima de todo la voluntad de Dios.
El poder de la Cruz rompe el dominio de Satanás sobre nosotros. Ya no tememos perderlo todo, estamos dispuestos a sufrir y morir a nuestro ego rebelde con tal de vivir en Cristo.
Jesús no vino a quitarnos la cruz sino a darnos la gracia de llevarla en alto por amor.
Jesús nos dio muchas enseñanzas que debemos aplicar pero solo podremos hacerlo si primero le contemplamos levantado en la cruz.
Es para eso que hemos venido a la Santa Misa. Vivamos el Sacrificio de la cruz, con María, como San Juan, dejémonos traspasar por su amor.
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